Valentino Briston Desde que Katherine se fue de casa, mi vida dio un giro inesperado. Todo está patas arriba: no hay cena lista, la ropa se acumula sin lavar, y ni siquiera el dinero parece alcanzar. Pero a pesar de todo, tenía a la mujer que amaba a mi lado, y estaba esperando un hijo con ella. —¡Qué culazo tienes, mi amor! —La tomé por detrás mientras Jennifer se vestía para ir a la compañía. —¡Suéltame, Valentino! ¿Cómo te atreves a hablarme así? —su voz cortante me tomó por sorpresa. La giré hacia mí, todavía atónito por su rechazo. A pesar de su vientre abultado, sus demás atributos seguían siendo tentadores, y como hombre, creía que ella debía complacerme. —No te quiero soltar, preciosa, lo que quiero es follarte ahora mismo —Me lancé sobre ella, dejando que mis labios recorrie