Douglas Lacoste
Esperé afuera del juzgado el final de la audiencia de Leandro. Por lo que vi, el resultado fue un desastre, nada salió como esperábamos. Apuré la última calada de mi cigarrillo y aguardé a que las dos inútiles volvieran al auto.
Antes de que llegaran, la escena que presencié me dejó helado: Leandro salía del edificio de la mano de Katherine. Junto a ellos, Jennifer, la supuesta desaparecida, caminaba tomada del brazo de nada menos que Killian Mustafá, el mafioso excéntrico y aterrador. No podía ser verdad. La putita de Jennifer había conquistado al hombre más temido y exótico del país. Esto tenía que ser una broma.
Los vi subir al auto de Mackenzie y desaparecer en la distancia.
Danielle y Antonella aparecieron poco después, caminando apresuradas hacia mí, sus rostros
