Katherine Olson No quise despertar a Leandro. Dormía tan profundamente que preferí dejarlo descansar mientras resolvía mis asuntos. Además, la ansiedad me había mantenido en vela casi toda la noche. Hoy era el día del juicio de divorcio, el día en que finalmente se haría justicia y me separaría de Valentino. Sería libre, al fin libre, para casarme con Leandro. Subí a la camioneta con Sherry. Su evolución en los últimos meses había sido asombrosa; ya hablaba mejor y parecía cada vez más segura de sí misma. —Preciosa, la enfermera vendrá por ti en la tarde. Nos vemos esta noche después del trabajo, ¿de acuerdo? —Sí, manita. Saluda a Leo de mi parte. Me incliné y le di un beso en la frente. —Claro, preciosa, le daré tus saludos. Sherry entró al colegio, y yo puse rumbo al juzgado. Esa