Katherine Olson Habían pasado muchos días desde que me fui de la ciudad, dejando todo atrás sin despedirme de nadie, desapareciendo del mundo, sobre todo del de Leandro, quien pronto sería padre. El solo pensar en él hizo que mi corazón se encogiera. Suspiré profundamente, ahogando el dolor que me quemaba por dentro. Sherry también estaba triste. Su progreso se había detenido por la falta de educación especial. Con sus manitas, trazaba líneas torcidas en un cuaderno mientras yo la observaba, paralizada, atrapada en mi propio abismo. Quería llorar, pero no un llanto cualquiera. Quería gritar hasta desgarrarme la garganta, hacer que mis gritos resonaran en el vacío, alcanzando los rincones más lejanos del mundo. Anhelaba llamar a Leandro, arrojarle en la cara todo el daño que me había c