Su teléfono sonó muchas veces, pero a todas las llamadas solo las ignoro. —¡Otro trago!— le pide al barman. Mikael seguía mirándola con asombro, años de conocerla y nunca la vio tomar tanto. —Ya has tomado suficiente, es hora de irnos— intenta llevársela y Jun se niega retomando su lugar en la barra. Entendía la situación por la cual estaba pasando su amiga, la mansión ángel es muy importante para ella, es el único recuerdo de su madre biológica. Sin mencionar que Keith Mclarens desde un principio fue un dolor de cabeza en la vida de Jun. Después de todo, aún recordaba que hubo un tiempo en el cual Jun, se sintió vagamente atraída por Keith. Teniendo en cuenta todo lo que le pasó en estos días, no era extraño que quisiera desahogar ese sentimiento. Cómo su amigo, lo único que pudo ha