Macarena estaba algo aburrida así que se fue a su estudio a pintar.
Jamás recordaba lo que hacía la Macarena dominante, era como si perdiera la memoria, tomó su lienzo y empezó a pintar, era un precioso paisaje con una vista hermosa a un lago, montañas cubiertas de nieve.
Cerca del lago había un largo muelle, al final de él un pequeño kiosko con asientos en madera, había un chico viendo el paisaje, solo se podía ver su espalda y su cabello n***o.
Llevaba una camisa manga larga color blanco y un pantalón n***o, estaba vestido como un chico normal de pueblo.
Algo en ella le dió la sensación como si en el fondo de su corazón ese chico realmente existía, sentía melancolía, ya tenía 21 años, pero jamás había tenido un novio y probablemente jamás lo tendría en su condición desdichada, su corazón se llenó de pesares, bajó la mano con el pincel lleno de pintura, el cual goteaba en el piso.
No podía ver el rostro de ese chico guapo, solo podía ver su espalda, aún así sentía como si de verdad existiera, desearía que así fuese.
Macarena conocía bien las dos condiciones que padecía cuando despertaba y no lograba recordar qué había hecho el día anterior, sabía que su personalidad había cambiado a la otra, le pregunto a Arnold como era su otra faceta, al contarle algunas cosas no lo podía creer, ella jamás se arriesgaría a ser tan audaz, por eso decidió dejar salir a la calle a su yo dominante y dejar en casa a la Macarena tímida y cobarde.
Cómo se enfrentaría al mundo siendo tan diferente un día y al otro no sabría ni qué decir.?
Ese fue su plan siempre, mantener cautiva a una y dejar libre a la otra.
No podía hacer nada al respecto, no quería que la etiquetaran de loca.
Por suerte solo cambiaba de personalidad después de despertar de su sueño.
Además, la personalidad dominante casi siempre era la que permanecería más activa .
***
Lyon estaba en un dilema, no sabía si enviar un mensaje a Macarena para preguntar por su salud, no quería ser irrespetuoso .
Y si se siente mal por mi pregunta.?
Será muy abusivo de mi parte preguntar sin su autorización.?
Ella dijo que únicamente mantendrá comunicación conmigo cuando necesite de mi ayuda.
Mejor no le escribo, sería tomarme atribuciones que no merezco.
Lyon tenía libre la tarde ese día, se fue a comprar un ramo de margaritas, su padre siempre que podía le regalaba uno a su madre, sabía que cerca de la mina había un campo hermoso lleno de las preciosas flores.
Sáhara Qin era una mujer sencilla, no era tan mayor como aparentaba con esa ropa, a pesar de tener buenos ahorros con la pensión de su esposo
Cuando era joven vivía muy bien, tenía un trabajo digno, todo cambió cuando se casó con el padre de Lyon, Donovan Qin, su familia quedó en la ruina y la de su esposo igual, era como si su matrimonio estuviera maldito, cayeron en la miseria, su esposo entró a trabajar a la mina después de mucho tiempo sin encontrar algo más digno, llegaba a casa con la cara negra, había desarrollado una alergia por tanto polvo, estornudaba mucho, tenía una tos crónica, no era para menos, después de tantos años trabajando ahí era lógico que cualquier ser humano enfermería.
Se le veía cansado, siempre sacada tiempo para compartir con su esposa e hijo.
A pesar de todo eran felices.
***
Lyon tomó un ramo grande de margaritas y una caja de chocolates con diferentes sabores.
Caminó como de costumbre para llegar a casa.
Aunque llevaba consigo una tarjeta con tanto dinero no se atrevía a gastar más que para la comida y ahora el regalo de su madre.
El sol estaba fuerte, tenía miedo que las flores se marchitaran así que no tuvo opción de tomar un taxi.
Al llegar así de sorpresa pudo ver a una mujer con ropa elegante hablando con su madre.
Quién era esa señora, sería que se equivocó de casa.?
Sáhara al ver a Lyon frunció el ceño, cómo se atrevía a venir, no quería volver a verlo jamás, menos después de enterarse que robo las pertenencias que con tanto cariño guardaba de su esposo.
Casualmente llevaba una de las camisas de su esposo Donovan, el chico fue tan descuidado que lo olvidó.
Sáhara no quiso ser descortés delante de la dama.
Mamá..!
Que te trae por aquí, no tenías que estudiar hoy.?
Lyon le dió un vistazo a la mujer antes de ver a su madre.
Disculpa, quién es pa señora mamá.?
Sáhara frunció el ceño, qué le importaba a ese hijo suyo quien la visitaba.
Hola, soy Catalina, encantada.
Hola señora, igualmente
Oh, le mencionaba a la señora Qin que estoy en busca de una propiedad cerca del campo, vi a tu madre llegando a casa así que la detuve para preguntarle si conocía alguna.
No están interesados en vender la suya.?
Qué.?
Sí esa mujer supiera el valor sentimental que tenía su pequeña casa no preguntaría tal cosa.
Su padre había trabajado duro por veinte años para poder pagar la propiedad, jamás la vendería.
Lo siento señora no está en venta.
Deja de opinar Lyon, la dama me está preguntando a mí.
Mamá, vas a aceptar vender nuestra casa.?
Sáhara estaba enfadada al escucharlo llamar esta casa como suya.
Estás equivocado, la casa es mía, pensó Sáhara.
La mujer extraña preguntó algunas cosas más y luego se fue.
Qué haces aquí.? Lárgate.!
Mamá, te traje un obsequio.
Tú me compraste algo.?
No será que lo robaste.?
Jamás he robado y lo sabes, sería un pecado ante los ojos de Dios.
Dios, Dios..! Acaso existe ese falso Dios al que le rezas.?
Deberías entonces pedirle un milagro, volver a la vida a tu padre.!
Lyon sintió una profunda tristeza en su corazón y un escalofrío recorrió su espalda.
Mamá, por qué siempre me tratas tan mal.?
Sabes que no fue mi culpa que papá falleciera.