Lyon no sabía que hacer con tanto dinero.
Tenía al menos unos $7000 entre la billetera, el monedero y un envoltorio aparte.
Su hermana era toda una derrochadora.
No le sorprendería que lo hubiera heredado de Catalina ya que donó como si nada $5 millones a la iglesia.
Recordando un poco lo que dijeron sus amigos al parecer ella era muy reconocida como diseñadora de joyas, como era de escasos recursos no sabía nada al respecto en la vida de los ricos y famosos.
Que bueno que ella a pesar de todo pudo ser sobresaliente en la vida, en cambio Sáhara nunca ayudó a su padre a superarse, ni siquiera ella misma buscó la posibilidad de hacer algo en la vida, eso creía Lyon, no sabiendo que la mujer ya tenía una carrera universitaria y al caer en pobreza jamás buscó trabajo porque cuidaba de Lyon.
Catalina en cambio nunca se dió por vencida al buscarlo, aún así se superó como mujer, madre y esposa.
Lo único que lamentaba al llevar la vida que tenía era haber perdido al hombre más bueno que alguna vez conoció, su padre Donovan Qin.
Llegó a la residencia de la universidad, sacó $6000 del dinero y lo guardó.
Por la mañana antes de ver a Arnold iría al banco a depositarlo en las tarjetas y cuando tuviera oportunidad de ver a Macarena le devolvería lo que había gastado, sabía bien que no había ido a darle tutorías ni una sola vez, no era justo tomar algo si no había trabajado por ello, era lo más sensato.
Aunque pensándolo bien lo depositaría directamente a la tarjeta cuando fuera al banco, volvió a tomar todo el dinero y lo guardó en su bolso.
El regalo le encantó, no por el dinero, sino por la billetera, jamás había tenido una, ni por más vieja que fuera, era la primera vez que llevaba una consigo .
Lyon tomó una ducha, sus amigos no estaban hoy, se fueron de paseo donde sus padres, ya que las dos familias eran amigos cercanos.
Terminó unos trabajos y alistó algunas cosas, no sabía que podría necesitar en la empresa.
Lyon tenía un ropero grande, cada uno de ellos.
Como es una universidad de lujo y prestigiosa no escatimaban en darle lo mejor a cada estudiante en las residencias.
Guardó las cosas de su padre y dejó el baúl a un lado de su cama.
Los documentos importantes los dejó en el banco con las monedas en una caja fuerte.
No le tomó importancia, solo los guardó.
Cepillo sus dientes y se fue a la cama temprano.
Vería a Arnold a las diez de la mañana, iría al banco a las ocho.
Guardó una pequeña foto de su padre que conservaba como un tesoro hace mucho en la billetera que le dió Irina.
Ambas cosas las atesoraria.
Se quedó viendo las cinco tarjetas que le habían dado.
Macarena fue la primera, luego su madre Catalina y por último Irina.
Cuándo en sus años pasados hubiera podido imaginar tener tanto.?
Todo fue gracias a Dios, sin él no podría llegar hasta ahí.
Gracias señor, porque en medio de la oscuridad me diste luz, en medio de la tormenta me diste calma, qué haría yo sin ti.?
Fuiste el único que me fortaleció cuando mi padre murió, me ha costado asimilarlo, mi corazón ahora está un poco más tranquilo que antes, pero lo extraño tanto.
Lyon no supo cuando sus ojos se cerraron mientras oraba.
A las seis en punto como era costumbre fue al comedor de la universidad.
Vió a un hombre delgado y más bajo acercarse.
Oye, conoces a Macarena Sanders.?
Lyon no respondió, Soyer se sintió molesto.
Te he visto con su guardaespaldas, la conoces.?
Tal vez la conozca.
Podrías darme su número, necesito hablar con ella.
Soyer siempre llamaba a Macarena, al final ella bloqueó su número por lo intenso que era.
Lo siento, no lo tengo.
Soyer estaba molesto, sabía que le estaba mintiendo.
Bueno, entonces sabes dónde vive ahora.?
Tampoco lo sé.
Sí necesita algo puede buscar al señor Rausing, es quien la acompaña siempre.
Si supiera dónde está no te estaría preguntando a ti mocoso insolente.
No sabes quién soy.?
Soy su albacea y futuro esposo.
Lyon se sorprendió al escuchar esas palabras, por qué Macarena se casaría con un tipo así.?
No dijo nada, así que Soyer se molestó aún más.
Espero que no te tomes atribuciones con ella, entiendes.?
Lyon no respondió.
Necesita algo más señor.?
Maldito mocoso maleducado, cómo puedes hablarme así, tengo un puesto importante aquí en la universidad, si no deseas que te expulsen o te complique la vida será mejor que seas mi perro faldero.
Hasta donde tengo entendido no eres más que un tutor, cómo define eso un puesto importante.?
Pensó que Lyon no lo conocía, ya lo había visto en algunas ocasiones, llevaba tres años estudiando ahí.
Soyer estaba que echaba humo por los oídos.
Cuando Arnold lo invitó a comer a Lyon esa vez los vió juntos y se preocupó que Lyon estuviera muy cerca de Macarena.
Lo siento señor tengo cosas más importantes que hacer, me retiro.
Soyer no podía enfrentarlo ahí, sería como tirar su trabajo a la basura, quería golpearlo pero debía de dar un ejemplo como tutor de la universidad.
No le quedó de otra que verlo alejarse de ahí.
Te juro que me las pagarás maldito muerto de hambre.
Lyon saludó a las cocineras del comedor.
Las señoras estaban felices al ver que por fin no comía sobras.
Lyon prometió en su corazón trabajar duro para dar presupuestos a las universidades en los comedores y bibliotecas para estudiantes de bajos recursos.
Sería su primer sueño por cumplir además de su carrera.
Hola Doña Cristina, Doña Lucía, cómo se encuentran.?
Estamos felices de verte muchacho.
Es verdad que ya casi terminas la universidad, esperamos verte crecer y superarte, le dijo Lucía.
Gracias a ambas por siempre ayudarme en lo que pudieron.
No fue nada muchacho, hacemos lo que creemos esta bien.
Dios no se olvidará de ustedes dos, han sido mis ángeles.
Cristina se sintió muy conmovida.
Me harás llorar muchacho tonto.
Ven para darte de comer.
Lyon sonrió agradecido, no olvidaría a esas dos señoras, también las tomaría en cuenta de ahora en adelante.
Su lista de agradecimiento se hacía cada vez más grande.
Pero estaba seguro que Dios lo ayudaría en el futuro.
Sin saber Lyon ya no era como hace un par de meses, su carácter se estaba empezando a forjar mejor.
Tenía más confianza en si mismo y no era tan tímido.
Todo gracias a Arnold y las personas que poco a poco iban llegando a formar parte de su vida.
Comió y se fue directamente al banco.
Lyon hizo un depósito en la tarjeta que le dió Macarena devolviendo lo que había gastado, se dejó $500 en efectivo y lo demás lo depósito en la tarjeta color bronce que le dió Irina.
Esa sería la que usaría de ahora en adelante.
No se le ocurrió preguntar o ver el monto de cada tarjeta, no creía que fuera tanto.
Lo que no sabía era que se llevaría una sorpresa cuando lo supiera.