Unos rayos de sol entra por la enorme ventana de mi habitación y pegan en mi cara, justo cuando me voy a tapar con la cobija tocan a la puerta, suspiro y me levanto frustrada, sin ponerle atención a donde y como estoy abro la puerta. Veo como Luke me mira de pies a cabeza. ¡Santo Dios! Luke, estoy en la casa de él, los recuerdos de todo lo que pase ayer llegan a mí. Ver como me observa de pies a cabeza hace que yo también me mire, su camiseta me queda muy corta, apenas si me tapa mis cositas, ¡por Dios qué vergüenza!. —¿Luke que desea? — Digo tratando de bajarme un poco más la camisa. —No tienes porque avergonzarte Zoé, te ves muy hermosa así como estas, pareces un Ángel.— Me dice acomodándome un mechón de cabello detrás de la oreja, estoy nerviosa, está muy cerca de mí. —Gracias