Aquella tarde estaba yo dándome una ducha en el baño de Tommy, él atendía a la visita del momento, a Bruce Phoenix que antes de acostarse con él también había mantenido una que otra aventura s****l con Félix Ferrer, pero eso ya es otro cuento. Lo cierto es que, mi amigo y yo éramos de tanta confianza que tranquilamente yo podría utilizar su baño en cualquier momento sin que él me presentara quejas y ese día no había llegado el agua a la residencia en la cual yo vivía, así que su disposición me caía como anillo al dedo. El agua se deslizaba desde mi cabeza, por mi cuello, senos, espalda, glúteos, muslos y vaya usted a imaginar qué otros lugares, la espuma acariciaba mi piel mientras mis manos estregaba mi cabello, la mayor parte del rato tuve los ojos cerrados para