Daniel. —¿Podemos verlo?. —abren un poquito la puerta. —Dani... Meli. —ella me mira sonriendo. —Por favor queremos entrar. —Pasen. —entran sin hacer ruido. —¿Dónde está?. —mi mamá se acerca sonriendo y llorando—. Por Dios santo. —¿Puedo cargarlo?. —Meli asiente y mi papá lo agarra, mis hermanos desde sus brazos lo miran—. Es hermoso tu hijo Daniel. —lo besa en la frente con suavidad—. Dios te bendiga hijo. —Papi... Quiero verlo. —mi papá se sienta y Likan lo mira—. ¿Por qué es tan pequeñito?. —Porque es bebé. —Mi hermanito es bebé pero no es tan chiquito. —Tu hermano es un bebé mas grande. —dice Guille—. Él es un bebé que recién sale de la panza. —¡Aahhh! ¿Y cómo se llama? ¿O le vamos a decir bebé?. —todos nos miran sonriendo. —Me gustó el nombre que elegiste. —asiento m