Abril acababa de recuperar a su hija, la sola idea de tener que separarse de ella le rompía el corazón. Ella abrazó con fuerza a su hija, y ella empezó a llorar. _ Mi pequeña. _ Entiendo que no quieras separarte de tu hija, pero si la amas, la dejaras ir, ella no esta bien, asi que no te engañes a ti misma, ¿Qué harás si su poder se descontrola por completo? _ Yo... La reina respondió ella misma la pregunta. _ No podrás hacer nada más que ver como sufre tu hija, los mestizos son raros, pero los hijos de los mestizos lo son aún más, tu hija tiene una mezcla de muchas razas, humana, elfa y guardiana, su poder es aún mayor es tan grande, que si quisiera podría acabar el mundo, pero tanto poder no puede ser contenido en un cuerpo tan pequeño. _ No quiero perder a mi hija. Admitió Abri