Cada día que Abril se comunicaba con Maya a través del espejo y veía lo grande que estaba su hija, ella no podía evitar llorar al cortar la comunicación, porque no podía estar con su pequeña, se había perdido sus primeros pasos, sus primeras palabras. Solo deseaba salir corriendo a su encuentro, pero no podía hacerlo, los monstruos seguían atacando el reino, aunque a pesar de todo no había vuelto a encontrarse con ningún monstruo con forma humana, algo que ella agradeció, por que ella sabía que no eran fáciles de vencer. Y estaba que aún no sabía nada sobre Cira, ella dio un largo suspiro y se dijo. _ Cuando acabara todo esto, cuando podré estar con mi hija nuevamente. Alessandro entró a la tienda, abrazó a su esposa y le dijo. _ No te desesperes, esto acabará pronto. _ ¿Pronto?, Y