Abril estaba arrullando a su bebé cuando una de las sirvientas entro.
_ Su majestad, traigo una carta para usted.
Abril al ver el sello que había en la carta, puso a su hija en la cuna, tomó la carta y la leyó inmediatamente.
La carta era corta, solo decia.
"Ven al reino de Laios y cumple con tu palabra.
Enzo Venobich"
Abril le había prometido a su hermano que iría al reino de Laios para cerrar la grieta que conectaba al Hades, pero como estaba embarazada y no podía usar su poder lo había aplazado. Lissana, su hija acaba de cumplir seis meses, aunque le doliera separarse de ella, debía ir al reino de Laios.
La sirvienta al ver la cara de preocupación de la reina preguntó.
_ Su majestad, ¿Hay algo que le preocupe?
Abril negó con la cabeza y respondió en voz baja para no despertar a la bebé.
_ No es nada, no te preocupes, necesito salir, te encargo a Lissa.
_ No se preocupe, cuidare bien de la princesa.
Abril fue a la oficina de Alessandro, los dos guardias que estaban apostados en la puerta hicieron una reverencia y la saludaron.
_ Bendición a la luna de reino.
Aquellos saludos Abril los encontraba algo exagerados, pero desde que Alessandro había dicho ante todos que ellos eran una pareja hecha en el cielo, todos habían empezado a llamarlos el sol y la luna del reino.
Abril abrió la puerta, Alessandro al verla se levantó de su asiento y fue a su encuentro, la rodeo con sus brazos, le dio un suave y dulce beso en los labios y le dijo.
_ Vaya sorpresa me has dado, no esperaba verte hasta la cena, ¿Donde esta Lissana?
_ Ella está durmiendo.
Alessandro la sujetó por la cintura y con una voz seductora le dijo.
_ Entonces deberíamos aprovechar que estamos solos para amarnos.
Abril se vio tentada por un momento, pero luego recordo a que había ido y le dijo.
_ No es momento para eso, he venido por que tengo algo importante que decirte.
_ ¿Qué pasa?
_ Debo ir al reino de Laios.
_ ¿Qué?, ¿Por qué debes ir a ese lugar?
_ Le prometí a mi hermano que iría a ayudarle para cerrar la grieta del Hades, lo recuerdas, estuve posponiendo mi viaje, pero ya no puedo seguir haciéndolo.
_ Entonces iré contigo, no pienso dejar que vayas a ese lugar tu sola.
_ No, Lissana aun es muy pequeña, no estaré tranquila si nos vamos los dos.
_ Pero no quiero que vayas tu sola.
_ No dije que iría sola, no te preocupes estaré bien, le pediré a Sirius que me acompañe.
Alessandro sabía que Sirius era un gran mago y que Abril no se quedaba atrás, ella era muy poderosa, pero aun asi seguia estando nervioso.
_ De acuerdo, pero también lleva a algunos cuantos caballeros.
Abril negó con la cabeza.
_ No, quiero que mi visita al reino de Laios sea secreta, si llevo muchos guardias conmigo eso será imposible.
_ Lo entiendo.
_ Pero no te dejare ir solo con Sirius, le pediré a Cassian que venga y te acompañe, de lo contrario no podré estar tranquilo.
_ Me parece bien y podrías pedirle a Sirius que venga, me gustaría hablar con él y pedirle que me acompañe.
_ Sabes que puedo obligarlo, ¿No?
_ Si, pero prefiero que vaya por su voluntad.
_ Si es lo que quieres no me opondré.
_ Gracias.
Esa misma tarde Alessandro envió un mensaje a la torre de los magos solicitando la presencia de Sirius y envió una carta a Cassian pidiéndole que fuera al palacio, él no quiso especificar en ninguna de sus cartas el motivo ya que era un tema muy delicado.
Sirius llego al día siguiente temprano por la mañana. Se dirigía a la oficina de Alessandro cuando se topó con Abril en el pasillo.
_ Hola Sirius, hace tiempo que no nos veíamos.
_ Saludos a su majestad la reina.
_ No seas tan rígido, puedes decirme solo Aby, eres mi maestro.
_ Está bien, aunque ya no soy su maestro, ya no tengo nada más que enseñarle.
_ No creo que sea así, tengo muchas preguntas que necesitan respuestas y tu eres el único que puede responderlas o por lo menos al único a quien puedo preguntarle.
_ ¿Y supongo que el rey no puede saberlo?
_ Agradeceria si mantienes nuestra conversación en secreto.
_ ¿Pero por qué ha venido a emboscarme?
_ Aun no has visto a mi hija, ¿Verdad?
_ No, aun no he tenido el honor de conocer a la princesa Lissana.
_ Alessandro te llevará a conocerla, estoy segura de eso, cuando la veas no digas nada innecesario.
_ ¿Hay algo malo con la princesa?
_ No es que sea algo malo, pero no quiero que Alessandro lo sepa todavía.
_ De acuerdo.
_ Te lo agradezco mucho, solo queria decir eso, nos vemos después y gracias.
Abril empezó a alejarse, Sirius se preguntó qué era lo que la reina quería ocultarle al rey. Sirius se dirigió a la oficina del rey, al entrar él le dijo.
_ ¿Por qué has tardado tanto?
_ He venido lo más pronto que he podido su majestad, aunque no lo parezca tengo una torre que dirigir.
Alessandro le lanzó una mirada indiferente como diciendo, y eso a mi que me importa.
_ ¿Para que me ha mandado llamar su majestad?
_ Quiero que protejas a Aby.
_ Que no tiene caballeros para que se encargue de ese tipo de cosas.
_ Ella debe ir al reino de Laios, su visita será en secreto así que solo llevara dos acompañantes, ella quiere que uno de esos acompañantes seas tu.
_ Y supongo que esta no es una pregunta de si quiero aceptar ser su guarda, si no una orden.
_ Preferiría que aceptaras ir voluntariamente ya que eso es lo que Aby quiere, pero si te niegas puedo obligarte, ella te eligio a ti, eso significa que confía en ti, espero que no deseches esa confianza.
_ Está bien, seré el guarda de su majestad, la reina.
_ Cuida bien de ella.
_ Asi lo hare.
_ Aun no conoces a mi hija, vamos quiero que la conozcas.
Sirius se río al darse cuenta que la reina había acertado.Él rey estaba haciendo lo que ella había dicho.
_ El rey en verdad se a vuelto un tonto que adora a su hija.
Murmuro Sirius para si mismo.
_ ¿Has dicho algo?
_ No, no he dicho nada.
_ Entonces vamos, Abril debe estar esperandonos, le dije que iriamos cuando vinieras.
_ Entonces vamos, no hagamos esperar a la reina.