Abril estaba en su tienda, mirando fijamente el espejo que la reina hada le había dado para comunicarse con Lissana, cuando Alessandro entró y le preguntó. _ ¿Qué estás haciendo? _ Llegas a buen momento, quiero ver a Lissana. _ Ese es el espejo que mencionaste antes. _ Si. Alessandro se sentó a su lado y le preguntó. _ Pareces dudar, ¿por que no lo has usado? _ Tengo miedo. _ ¿De que no funcione? Abril negó con la cabeza. _ No es así, los probe y se que funcionan, tengo miedo de que Lissana haya crecido demasiado, aunque aquí hayan pasado solo unos días aquí, no se cuanto tiempo haya pasado en la tierra de las hadas. _ Todo estará bien Aby. _ Sí, tienes razón. Abril pensó en Lissana y en Maya, en lo mucho que quería hablar con ellas, por un momento no ocurrió nada y eso preoc