La temblorosa y fría mano de Maya se aferraba a la de Cassian, él dio media vuelta, se inclinó para ver directamente sus hermosos ojos rojos, que en ese momento se veían vidriosos, ella parecía estar a punto de llorar, él preguntó. _ ¿En verdad quieres que me quede? _ Si, no me dejes, quédate conmigo. Cassian tenía aún algunas cosas pendientes por hacer, pero en ese preciso momento no quería preocuparse por nada, ni nadie que no fuera ella. _ ¿Quieres que hablemos? Maya negó con la cabeza, sabía que tenía que contarle todo lo que había estado pasando, todo lo que le había estado ocultando, pero no quería hacerlo en ese momento. _ No, pero si tu quieres hablar... _ No te forzare a hacerlo. Maya podía ver una expresión de dolor en el rostro de Cassian, ella sabía que el que él no p