Alessio. —¿Estas bien así o necesitas la otra almohada?— me preguntó tras acomodarme en casi todo. —No me ocurrió absolutamente nada, estoy bien, solo tengo esa herida en la frente y más nada. No te preocupes tanto— Ella y Virginia me habían enloquecido tras llegar del hospital. No se imaginan el susto que también me llevé cuando perdí el control del auto y no sabía que podría suceder. Desperté en el hospital dándole gracias a Dios de estar vivo. Me pasaron tantas cosas por la cabeza. —Siento mucha culpa— me susurró casimente inaudible. Ella estaba sentada en el borde de la cama a mi lado. —Quien siente culpa soy yo. — Antes de que me sucediera el accidente la veía injusta. Como que estaba haciendo las cosas mal. Como si la equivocada era ella, siendo yo mismo. —Debo de apr