Alessio. —Que aroma tan rico, ¿qué es? — la voz de Gemma, me hizo darme vuelta. Su aparición en el baño no la esperaba tan rápido. Después de la parrillada, tomar, bailar y reír, era hora de dormir. A nosotros los cocineros, nuestras damas nos dieron el permiso de ir a la recamara y hacer la cama, mientras que ellas terminarian de sacar la basura y apagar las luces. El señor Henrry y yo luego de despedirnos, cada quien se fue a su habitación. Yo pensé en hacer de la noche, un poco más divertida, aunque no estuviéramos en casa. Aparte de las bebidas y la carne que compré en la tienda hoy, también pagué por unas flores de manzanilla, aceite relajante y una bomba de baño, las cuales vertí en la tina. Cuando vió lo que hacía, sonrió ampliamente. —Estoy preparándonos un rico baño—