Maurem Estoy tratando de escuchar lo que Conor me dice, pero verlo con traje está afectando mi concentración. Sus grandes hombros y su amplio pecho llenan esa chaqueta azul marino como si no fuera asunto de nadie. Estoy tentado de pedirle que dé una pequeña vuelta para poder evaluar la situación del trasero. Apuesto a que su trasero se ve increíble. —Maurem—, dice con impaciencia. Parpadeo, forzando mi mirada a volver a su rostro. —Conor, hola. Lo siento, ¿qué? —Ha pasado una semana—, dice, con un extraño entusiasmo. —No me has llamado. Pensé que la pasamos bien juntos en la fiesta—. Mi boca se abre. ¿Habla en serio ahora mismo? Quiero decir, sí, técnicamente dijo —llámame— cuando se fue el sábado por la mañana, pero eso fue parte de la actuación, ¿verdad? ¡Ni siquiera había proporcio