ANDRE
Me quedé a tomar un café antes de tomar el metro de regreso al centro hasta mi departamento. Normalmente no tomaba mucho el tren, pero sentí que lo necesitaba esta mañana para reiniciarme. Las últimas dos noches habían sido duras. Mentalmente agotador, de verdad, y necesitaba que mi cerebro fuera borrón y cuenta nueva para la gala de esta noche.
Entonces, después de caminar por la ciudad, tomé el tren A y pasé los veinte minutos de viaje observando a la gente. Me bajé unas paradas antes para caminar y sentir el sol sobre mis hombros, y cuando estuve en el ascensor, mi cabeza estaba al menos un poco más clara.
Pero sabía que todavía no estaba completamente fuera de peligro.
Había controlado los daños en el torbellino que se apoderó de las últimas noches, pero sabía que todavía ten
