ALIANNA
Fue apenas mediodía, pero dejé que Evie me preparara un Bloody Mary más fuerte de lo habitual para beber en la oficina.
Porque yo era un puto desastre.
Nunca me había odiado mientras me masturbaba, pero eso fue lo que hice anoche después de ver a Andre desnudo – especialmente porque lo imaginé haciendo lo mismo en su habitación al final del pasillo.
Por culpa, finalmente recurrí al porno. Pero aunque los chicos de esos videos alguna vez me parecieron buenos, anoche no me parecieron nada. No senti nada. No después de ver a Andre Evans en todo su esplendor duro como una roca, frontal y de nueve pulgadas.
Su imagen quedó grabada en mi mente y, peor aún, la había usado para correrme tres veces antes de acostarme la noche anterior.
Lo bueno es que me desmayé y dormí como un campeó
