Amanecí con la peor hambre de mi vida, mi reloj despertador se atraso ¡Diablos!, Salgo corriendo a ducharme lo mas rápido que puedo, voy en dirección al tren buscando algún puesto de comida rápida, pero al ser lunes y por la hora prácticamente no hay nada ¡La vida te odia Dora!, ¡No lo olvides!. Maldigo una y otra vez, al ir en el vagón recuerdo mi día con Antonio, siento me ha quitado un peso de encima, aún cansada, mis piernas palpitan de lo largo de nuestra caminata, pero ha valido la pena. Cómo puedo llegó a la tienda de conveniencia para comprar un cafe y algún bocadillo, para mí mala suerte ni mis audífonos traje, así que compre unos en la misma tienda. El día transcurre con normalidad, estamos por entrar a periodo de exámenes así que tengo trabajos de sobra. Llegando