Riley se quedó inquieto en el dormitorio, tenía ganas de ir tras ella, ni siquiera la hubiera dejado ir, quería tomarla ahí mismo, besarla, tocarla, sentirla, lo que jodidos calmaran esas ganas que se llevaba encima, terminó por meterse a la ducha con el agua fría, fue frustrante cuando quería quitarse la ropa y le costó demasiado, tampoco iba a llamar a alguien para eso, le dolió el brazo por el esfuerzo, pero lo ignoró, después de veinticinco minutos salió de ahí porque su estómago le pidió comida y él sabía que había mucha en la mesa, apenas si se colocó los pantalones y fue a sentarse cuando la puerta se abrió. –¿Por qué carajos te bañaste? –reclamó Tayler –. A veces creo que haces las cosas a propósito. –Ya me siento mejor, los exagerados son ustedes –señaló Riley. –Como digas, Bat