Punto de vista de Lucas:
No sabía cuánto tiempo estuve allí parado, pero de repente, ya no pude soportarlo más. ¿Cómo pudieron hacerme algo así? Y Tristen, él era mi hermano, por el amor de Dios, y teníamos un acuerdo sobre lo que era mejor para ambos. Entonces, ¿cuál era el problema?
—¡Tristen! —exclamé mientras entraba a la habitación.
Tristen tocó el brazo de Ember, quien lloraba, al voltearse hacia mí. En su rostro no se veía ningún remordimiento por lo que había sucedido, y sentí que estaba perdiendo el tiempo pensando que tenía un corazón allí.
—¿Por qué estás gritando mi nombre?
Lo miré con sorpresa.
—¿No te das cuenta de lo que has hecho?
Tristen rodó los ojos mientras me miraba furioso.
—Vamos, hermano —burló—. Puedes hablar claramente y dejar de comportarte como una muj
