VLADE Era insoportable verla. Me confundía a sobremanera. No sé qué carajos me está pasando. ¿Estoy a ese nivel de desespero por no habérmela follado en días? ¿O por qué lucía extremadamente fuera de sí? Parecía que de un momento a otro se volvió una maldita rata de laboratorio y apostaba lo que fuese a que su padre era el científico loco y malévolo. Otra semana más que permanecía en sequía de ella. De ella, sí, porque chicas dispuestas a abrirse de piernas y algo más, es lo que hay a mi paso. No me han faltado las folladas pero ninguna ha sido con la apestosa de labios jugosos que tengo justo enfrente con su atuendo impoluto, jugando a ser la cerebrito de turno. Con ninguna de esas cogidas fugaces había podido estrenar unos nuevos juguetitos que morían por ser usados hasta