Una alma por otra.

504 Words
Un año atrás. Tenemos que separarnos. Yo busco por aquellas calles, tú trata de encontrarla por donde se halla esa multitud. – le dije a Evan exasperado. Estoy desesperado, no lograba encontrarla por ningún lado. Ya es más de media noche y éste estúpido festival de máscaras ya me tiene harto. Evan está buscando junto conmigo a mi hermana y a esa extraña chica, antes de que mi padre se dé cuenta que la hemos perdido en este pueblo tan bizarro. No puedo creer que estemos pasando por esto, sólo quería hacer feliz a mi hermana, después de la muerte de nuestra madre.  Únicamente verla sonreír era lo que deseaba. Ahora me siento derrotado al ver que únicamente estoy causando más problemas. ¡MARA! ¡MARA! ¡MARA! Por favor Mara ¿Dónde te encuentras? Mara, por favor estoy desesperado. – Continué gritando por todas las calles, llevamos buscando por más de dos horas y no tenemos nada positivo para esta situación. ¡Cameron! Oye, unos chavos me dicen que la vieron caminar hacia la selva. ¿Qué hacemos? Vamos, no perdamos más tiempo. – Evan me detuvo antes de salir corriendo. Cam, es tiempo. Debemos de pedir ayuda, así solos no lograremos gran cosa y es conveniente abarcar más espacio en la búsqueda. Es necesario decirle a tu Padre. Cam entiende que es vital tomar ciertas medidas. – me dijo Evan tan desesperado. Tienes razón Evan, deja le hablo a mi padre en el camino, pero no perdamos más tiempo. – le dije y continuamos corriendo de un lado a otro en ese pueblo, que en un principio lucía tan pequeño pero que ahora, sin embargo, se vuelve el lugar más grande del planeta. Dudaba de comunicarme con mi padre, sabía perfectamente el gran error que había cometido, pero qué más podía hacer. Ahora me sentía perdido, en realidad, desde demasiado tiempo atrás y esto sólo fue el detonante. Necesitaba a mi padre, y por supuesto, Mara nos necesitaba unidos, ya que era la única forma de encontrarla.  Hola, papá. Te necesitamos… - dije con voz temblorosa. ¿Qué es lo que ocurre Cameron? Te dije que estaba ocupado con trabajo de la empresa, ¿Qué acaso no lo explique bien? – se escuchaba molesto como siempre. Escucha Demian, no es por mí, es … es … Mara … no la encuentro y ya no sé qué hacer. – dije llorando de desesperación. ¿Qué estupidez estás diciendo? ¡¿Acaso no te puedes comportar como un hombre?! Es tú hermana, maldita sea… ¿Dónde estás? – su voz se tornó cansada pero llena de miedo. Estamos en la plaza principal, venimos de la jefatura de policías, nos ayudarán con la búsqueda. Aquí te esperamos. – colgué de inmediato antes de que le diera oportunidad de seguir insultando. Mi padre llegó casi de inmediato, Mara no podía estar tan lejos así que seguimos buscando. Tenía que haber dejado alguna pista en medio de su camino.  Mara no podía dejarme, no ahora.
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