El inicio

1339 Words
Desde que vi su foto no he dejado de pensar en ella. No he podido escribir nada, vamos ¿Qué se supone que diga? >. Obviamente no, no sé como iniciar una conversación. nunca he sido bueno haciendo esto, socializando, no lo puedo hacer en persona, menos por la computadora; aun qué ahora que lo pienso, puede ser que sea más fácil. Aún así me llena de miedo saber que puede pasar. Me reprochó una y otra vez mi poca habilidad, y es qué, ¡Diablos, en serio me gusta! * Llevo tres días, tres, pensando como iniciar la conversación y solamente no puedo formular más de cuatro palabras seguidas, me arrepiento al instante, antes de presionar el botón de enviar. -En fin, ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué no lea mi mensaje?- me animo mientras tecleo en la computadora al pie de su foto, en los comentarios. > -Enviar... Ya está, por fin lo hice... ¿No suena mal? - me recriminó mientras tomo el mouse para colocar el cursor en el comentario y posteriormente eliminarlo. Pero antes de poder encontrar la opción, aparece una notificación flotante en una de los costados de la pantalla de la computadora.  > seguido de un emoticono apenado.  Me quedo perplejo, completamente sorprendido, ¿Tan rápido? ¿lo ha visto, tan rápido? pasaron solo unos segundos después de haberlo publicado. Muchos pensamientos abaten mi cabeza, pero el más fuerte me dice que debo eliminar el comentario ahora más que nunca, pues puede ser que le traiga problemas con su ¿novio? seguro que ella tiene uno. Pero de nuevo antes de poder eliminar el comentario una notificación al borde de la pantalla, pero está vez no es un comentario, es un mensaje privado... de ella.  ¡Esto es más difícil de lo que imagine! -lo digo casi gritando dentro de mi habitación, al mismo tiempo me hago para atrás con la silla de secretaria, con ruedas por debajo, mientas me llevo las manos a la cara tendiendo mis cachetes hacia abajo, en este momento me parezco a la pintura del grito de Munch, solo que en tengo 17 años, cabello chino, piel morena y figura un tanto regordeta. Al imaginarme tras esas pinceladas de Munch solo puedo soltar una leve risita y tomo mucho aire para poder dar click en el mensaje que parpadea al borde de la pantalla. > Era obvio que era ella, me reí un poco no supe si de nervios o por la ironía.  > ¡Mierda! ¿Por qué escribí eso? -bufo en mi cuarto, mientras muevo la silla de secretaria a un costado de mi habitación, hacia la cama, prácticamente le dije todo con esas palabras, me tiendo en la cama, pero aún puedo remediarlo, enviare un signo de interrogación, sí eso haré. Me abalanzo sobre la computadora y más rápido que la luz colocó un signo de interrogación  > seguido de un emoji de confusión... >  > > > > > -escribí, mientras recordaba que uno de mis amigos de la preparatoria me la había enseñado, diciendo que era prima de su amigo y exnovia de otro de sus amigos, que había venido de vacaciones al puerto; yo miraba su foto mientras el me describía como era ella, su cuerpo, su forma de ser y la relación que ya no tenía con su exnovio. Realmente yo sabia mucho más de ella de lo que me imaginaba, aun que claro, no sabia si todo lo que dijeron había sido o no cierto. Nuevamente me lleve las manos al rostro, está vez para taparme los ojos, estaba sumamente nervioso, esperaba a que ella contestará y sin más apareció el mensaje en la pantalla. > ¿Qué significa todo esto? definitivamente soy un fracaso socializando. seguramente ella pensó que era un acosador, un pervertido, ¡ah!. Pensaba mientras soltaba un suspiro y me tendía en el sofá de la sala, ni siquiera apague mi computadora, solo camine con actitud desvencijada y me deje caer con la cara hacia los cojines. Estaba hí solamente disfrutando de mi patética forma de empezar una conversación cuando mi madre entro a la casa, ella habia ido a trabajar y llegaba de la calle con unas bolsas en la mano, al ver que nadie la ayudaba me llamo -Gary, ¿no quieres ayudarme con esto? realmente está pesado. Refunfuñe un poco mientras me despegaba del sillón y mi madre lo notó. -¡Hola, Cielo! ¿cómo estás? -¡Hola, má! dije mientras intentaba poner una sonrisa en mi cara y le daba un beso en la cabeza, como de costumbre. Tome las cosas de la compra entre las manos y las lleve directo a la cocina. Yo sé qué mi madre sabe que no estoy bien, pero no me ha dicho nada, en cambio solo pone un poco de música mientras hace de cenar. -¿Ya comiste? dice mientras el olor del pollo bañado de salsa llena todo el espacio. -Sí má, comí hace un rato. - le digo mientras la veo, y ella no se inmuta, sigue cocinando, volteando tortillas, licuando y sacando cosas del refrigerador.  -Bueno, entonces comeré yo sola. Quedará más para mi.- Dijo mientras me veía por el rabillo y colocaba un plato con enchiladas en la mesa. Aquello era una trampa, ella sabia perfectamente que esa era mi comida favorita y que era una forma muy eficaz de hacerme sentir mejor.  -Pensándolo bien...- dije dubitativo - Tu plato está en la cocina, ve por él.- dijo mientras me sonreía y me dedicaba una tierna mirada -El remedio contra todo mal, son las enchiladas, y el pastel de chocolate, pero no hay pastel así que solo comeremos enchiladas.- Mi mamá no me pregunto nada, sabia que a mi tiempo le contaría, pero yo sabía que ella estaba preocupada por mí, ese comportamiento no era usual en mí. Pero sé que ella sabe exactamente lo que me pasa, aun que no sepa su nombre.  **  A lo lejos se escucha un sonido incómodo, un tanto agudo. -¡Mierda, la alarma!- No supe en qué momento me quede dormido, y ni siquiera termine mi tarea, me levanto de un brinco de la cama tengo muy poco tiempo para salir corriendo a la escuela y de ahí al trabajo. Apenas si me doy un baño express, para después ponerme el uniforme, meter mis cuadernos y cosas del trabajo a mi mochila... -La computadora sigue prendida, no la apague en toda la noche, enserio no sé si lo soñé o de verdad lo hice. No importa eso en este momento, llegaré tarde.  Corro a través de la casa tratando de encontrar mis zapatos, y el resto de mis cosas, mientras mi mamá se ríe de mi y me tiende una bolsa con un pequeño refrigerio. Al fin tengo todo y salgo de la casa con urgencia, comiendo lo que me preparo mi madre. en lo que llego a la escuela.  Supongo que no tuve tiempo de pensar absolutamente nada, solo de vivir el día, y eso me ayudo a despejarme. No había reparado en que deje la computadora prendida sino hasta la noche que regrese a casa. Al mover el mouse me percató que ella escribió... Dos veces > > ***  
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