Episodio 17

3405 Words
- Harry yo. - me despegó un poco de sus labios para seguir hablando. - ¿Qué pasa? - me mira confundido. Estoy a punto de responder, sin embargo, me interrumpe el sonido de mi teléfono indicando que ha llegado un mensaje. - ¿Quién molesta mi esposa estas horas? - dice levantándose yendo hacia mi teléfono. - Espera, tal vez sea mi madre. - me levanto y camino con rapidez hacia mi celular, al desbloquearlo me doy cuenta de que el remitente del mensaje es nada más y nada menos que Imanol. - ¿Es tu madre? - cuestiona Harry al ver mi cara de preocupación. - Si, me pregunta cómo vamos. - miento tratando de no sonar nerviosa. - De maravilla, ¿no? - dice Harry entrecerrando sus ojos. - Si. - digo y sonrío, regreso mi mirada al teléfono y leo rápidamente el mensaje. - Imanol Hola niña rica. Estoy en Marsella, Es hermoso por acá. Sólo me hace falta una cosa, tú. Te extraño. Estoy que siento que el corazón se me sale por la boca, por un momento me siento feliz por el mensaje pero al mismo tiempo me siento rara y muy mal. Harry está parado enfrente mirándome. - Los textos de mi madre son muy largos. - digo y vuelvo a sonreír. Hago como si estuviera escribiendo en el celular después lo bloqueó y lo dejó justo donde estaba - ¡Listo! - Harry me mira y se acerca peligrosamente a mí. - ¿Tienes hambre? Yo muero de hambre. ¿Te apetece comida china? - digo tratando de evadirlo. - Me apeteces tú. - se acerca aún más y yo comienzo a reírme como una loca - ¿Eso realmente te funciona? - cuestiono y el frunce el ceño. - Siempre. - dice con cara de bad boy. - Conmigo no. - digo y mi pervertida interior se ríe en mi cara. - ¡Si no te orinas es milagro, querida! - Ya veo, ¿Y qué es lo que si funciona contigo? - Una rica cena de comida china. - cierro mis ojos mientras junto mis manos y las apoyo en mi barbilla intentando hacer una cara tierna. Harry sonríe y se tapa el rostro. - No hagas eso. - ¿Por qué? - Me das mucha ternura. - quita las manos de su rostro y me mira. - No sé qué es esto que estoy sintiendo contigo pero me hace sentir muy diferente a como soy siempre, desde que te conocí he sentido muchas emociones, emociones que prácticamente eran nulas en mi. - ¿Desde el primer día sentiste algo por mí? - pregunto con seriedad y él alborota su cabello. - No sé si desde el primer día, pero honestamente desde que me dijeron que me tenía que casar si o si, vi esto solo como un negocio, hasta que te vi por primera vez y todo cambió. - dice acercándose más a mi. - Yo no sabía que eso pasaba contigo. - lo miro y bajo la mirada. Me siento incómoda porque yo no sentí nada por él la primera vez que lo vi, incluso después, cuando conocí a Imanol, me sentí inmediatamente atraída por él, algo que no pasó con Harry. - ¿Qué pasa? - Harry me mira con preocupación. - Tengo que confesarte algo. - no puedo mirarlo a los ojos por lo tanto miro hacia sus pies. - ¿De qué se trata? - cuestiona poniendo sus dedos en mí barbilla y levantando mi cara para que lo vea. - Tal vez me odies después de esto. - lo miro a los ojos y él frunce el ceño. - ¿Por qué podría odiarte? - Porque besé a tu hermano. - le confieso mirándolo a los ojos y él quita sus dedos de mi barbilla. - ¿Es una broma? - cuestiona completamente confundido. - Perdón, de verdad lo siento, yo, estaba confundida y luego tu hermano y... - ¿Cuándo pasó eso? - dice con serenidad. - El día de la cena, en la tarde. - Harry me mira y todo rastro de ternura y cariño se han borrado de sus ojos, ahora su mirada es fría y distante. - ¿Por qué lo hiciste? - cuestiona y yo me acerco. - No lo sé, estaba muy confundida. - digo con lágrimas en los ojos. - ¿Te gusta? - cuestiona y estoy apunto de responder pero él me interrumpe. - ¿Al menos lo que me dijiste a mi es cierto? - Si, me gustas Harry, yo, no estaba segura pero después de lo que pasó en la mañana me aseguré de ello. - ¿Y si Imanol no se hubiese ido? ¿Qué hubiera pasado? ¿Estarías con él? - me cuestiona con evidente decepción en su rostro. - No, yo...- demoro unos segundos para seguir hablando pero Harry se adelanta y me interrumpe. - No digas nada, ya no quiero seguir escuchandote. - dice mientras se pone la camisa y después camina hacia la puerta. - ¿A dónde irás? - cuestiono sollozando. - ¿Te importa? - me mira con enfado, después se gira, abre la puerta y se va dando un fuerte portazo. - Eres una estúpida. - me digo mientras sujeto mi cabeza con ambas manos y lloro. Me siento en uno de los sillones y comienzo a llorar más fuerte. No sé si lloro por enojo conmigo misma o por tristeza de ver la mirada de decepción de Harry. Tomo mi teléfono y marco el número de Ana, después de unos cuantos sonidos ella contesta y le pido que venga a verme, ella de inmediato se da cuenta que no estoy bien y termina diciéndome que llega en veinte minutos. Pasados los veinte minutos llega Ana y me encuentra tirada en el sillón. - Pequeña Ali, ¿Qué pasa? - la miro y vuelvo a llorar. - Le hice una confesión a Harry y ahora me siento la peor persona del mundo. - digo entre sollozos. - ¿Qué fue lo que le confesaste? - cuestiona confundida. - Pues la verdad, que besé a su hermano. - ¡¿QUE HICISTE QUÉ?! - cuestiona gritando con sorpresa. - Lo besé, lo besé, estaba confundida, muy confundida y él estaba ahí todo lindo mirándome y yo inevitablemente me sentía atraída por él y no se cómo pasó, solo me dejé llevar. - Te gusta Imanol, eso ya lo sabía pero ¿Y Harry? ¿También te gusta Harry? - cuestiona con curiosidad. - Si, me gusta Harry, Imanol, con él creo que solo era atracción o no lo sé, ¿Por qué no puedo tenerlos a los dos? - Ana me mira con enojo y me da un pequeño golpe en la cabeza. - Estás loca Allison. - Es que es inevitable sentir algo por los dos, estoy muy confundida porque cuando estaba con Harry no pensaba en nadie más pero en cuanto me llegó el mensaje de Imanol, me emocioné y sentí algo muy raro en mi estómago. - termino de decir y me tapo la cara con un cojín. - ¿El mensaje de Imanol? ¿Qué mensaje? - Está en mi celular, léelo, él ni si quiera sabe lo que está pasando con Harry. Ana me mira con enojo y busca el celular, la veo leer en voz baja el mensaje y luego levanta la mirada para verme, tiene el ceño fruncido, se rasca la cabeza y se acerca de nuevo a mí. - Es como si tuvieran una relación. - La cual no tenemos. - digo mientras sorbo mi nariz. - Ali, confundiste e ilusionaste a los dos sin estar segura de lo que sentías y de lo que querías. Fuiste muy inmadura. - Lo sé, de verdad se que fuí muy inmadura pero por un momento creí que sabía lo que hacía. - digo sollozando de nuevo. - ¿Qué pasa si los pierdes a ambos? ¿A quién te dolería más perder? - me cuestiona con una ceja levantada. Eso es algo que no había pensado, no quiero perder a ninguno pero lo hice todo mal y en caso de tener que elegir a alguno de los dos, no estoy segura a quien sería. - Eres una hija de puta, eso es lo que eres. - dice mi conciencia con furia. - No sé, no podría elegir a uno. - digo llorando y tomando una botella de vino. - Soy la peor persona del planeta. - No, no lo eres, solo eres un poco estúpida pero nada más. - dice Ana acariciando mi cabello y yo sonrío al escuchar su insulto. - Ana, prometeme que nunca me vas a dejar. - digo y vuelvo a tomar vino. - Ali, jamás te dejaré pero será mejor que tú dejes de tomar, recuerda que no eres muy buena con el alcohol. - me mira e intenta quitarme la botella. - No, shu, suelta, es mía. Ya se que no se tomar, no soy estúpida. - digo y un hipo sale de mi boca. - No llevas ni media botella y ya estás borracha. - dice Ana entre risas. - ¿Borracha yo? - me siento en el sillón y miro a Ana. - Bebe conmigo y te quedas a dormir, de todas formas no duermo con Harry. - Si me voy a quedar pero no sigas tomando Ali. - Déjame beber, no eres mi mamá. - digo entre hipos. - Tu no entiendes, nadie te casó a la fuerza, a ti no te gusta el hermano de tu esposo y tu esposo a la vez, a ti tu suegra no te quiere mandar lejos para siempre, a ti no te quieren arruinar tus sueños de ser fotógrafa y lo peor, tu no le acabas de confesar a tu esposo que besaste a su hermano y no fue a ti a quien miró con decepción y frialdad. - digo y comienzo a llorar como niña pequeña. - Al menos tu padre no tiene una segunda familia. - dice Ana con la cabeza agachada y quitándome la botella de vino. - ¿Tu papá tiene otra familia? - me acerco y ella asiente. - Y tiene una niña de cinco años. - dice entre sollozos. - ¿Por qué no me lo habías dicho? - reclamo con tristeza. - Porque estás muy sumida en tus problemas que nunca volteas a ver como están los demás. - me mira con enfado. - Perdóname, yo, yo no sabía, lo siento, de verdad lo siento. - Ana me mira y llora más fuerte. - Te prometo que ya no volverá a pasar, sabes que te amo, eres mi hermana y siempre estaré para ti. - Y yo para ti. - dice Ana y de inmediato nos abrazamos fuertemente y comenzamos a llorar. Unas horas después (la verdad es que no tengo noción del tiempo, estoy muy borracha) Valentina nos está ayudando a subir las escaleras ya que ninguna de las dos se puede sostener por si solas. Valentina nos ayuda a llegar a la habitación y nos acuesta en la cama donde las dos caemos como rocas, unas rocas muy torpes y quedamos profundamente dormidas. Me despierto e intento abrir los ojos pero simplemente no puedo, la luz me lastima, la cabeza me va a explotar y el cuerpo me pesa. Me doy la vuelta en la cama y choco con los pies de una mujer que parece estar muerta, me levanto de inmediato y me doy cuenta que es Ana que está profundamente dormida. - Ana, Anita, ¿Estás bien amiga? - digo entre risas, pareciera que sigo ebria. - Anabelle, hazme caso, por favor. Sigo hablándole a mi amiga pero ella sigue sin prestarme atención. Así que decido levantarme y buscar a Harry. Salgo de mi habitación y entro a la de harry encontrando su cama muy bien hecha y sin rastros del apuesto hombre que la habita. Salgo de la habitación y bajo las escaleras, busco en la sala, comedor, terraza, cocina, baños, lavandería y no lo encuentro por ningún lado. Valentina me ve con curiosidad y decido acercarme a ella y preguntarle por Harry. - Valentina, ¿Dónde está Harry? - Valentina me mira con preocupación. - El señor no llegó a dormir, señora. - responde y yo frunso el ceño. - ¿Sabes dónde podría estar? - cuestiono con seriedad. - Tal vez sé haya ido a dormir a la casa de sus padres. - dice y mientras me mira. - ¿Podrías llamar a su casa y preguntar por él? - Si. - Pero llama a un teléfono que no vaya a responder Amanda. - digo más cerca de ella y susurrando. - Puedo llamar al teléfono de servicio, ese solo se puede responder desde la cocina. - sugiere y yo asiento. - Si, llama a ese número, yo iré a bañarme. - me doy la vuelta y comienzo a caminar. - Señora. - Valentina me llama y yo me detengo y giro para verla. - ¿Quiere que le haga algo especial para la cruda? - cuestiona y yo sonrío. - Si, algo picante por favor. - digo, me doy la vuelta de nuevo y sigo caminando. Llego a mi habitación y me encuentro con Ana aún dormida en mi cama, intento despertarla pero es imposible, así que mejor busco algo de ropa y me meto al baño para bañarme. Después de algunos minutos salgo del baño y me encuentro con Ana sentada en la cama y con cara de zombie. - ¡Ay! Esta cabeza me va a explotar. - se queja y yo me río. - Ve a bañarte, te presto ropa y después bajas para desayunar juntas. - digo y ella asiente. Salgo de la habitación y bajo corriendo, me comen las ansias de saber si Harry durmió en casa de sus padres o en algún otro sitio. - Señora, les hice unos chilaquiles bien picosos, es lo que solemos comer en México para bajar la cruda. - dice con orgullo. - Lo sé y me encantan, mi mamá es mexicana. - ¿De verdad señora? - cuestiona emocionada y yo asiento. - Si, mis abuelos viven en México, cuando era niña íbamos muy seguido a visitarlos. - Me da mucha emoción que usted sea de mi r**a. - dice emocionada. - Bueno, usted es mitad gringa y mitad mexicana y además de clase alta, pero sigue siendo de la r**a mexicana. Me río y Valentina se pone un poco nerviosa, a decir verdad creo que muy poca gente sabe que tengo raíces mexicanas. Por mi apariencia y la de mi madre cualquiera diría que somos cien por ciento americanas. Algo que me molesta mucho es que se imaginen a todos los mexicanos con apariencia de indígenas, si bien, nuestros antepasados y nuestras raíces vienen de los indígenas, hay muchas mezclas, muchos españoles, franceses, americanos, ingleses que se casaron con indígenas creando una variedad infinita de razas en México. Por lo tanto hay mexicanos con apariencia indígena, hay morenos, negros, blancos, etc... México es como un pequeño mundo lleno de razas y lenguas distintas. En fin, solo quería contarles que soy mitad mexicana y mitad americana y que eso me enorgullece. - Me encanta compartir esto contigo Valentina. - digo y ella sonríe de oreja a oreja. - Cambiando de tema, ¿Llamaste a la casa de los McBride? - Si señora, mi compañera me informó que él señor Harry llegó sobre la madrugada y muy borracho, tuvo que ir un chófer por él ya que no podía ni sostenerse solo, sin embargo, se levantó temprano y se fue a la oficina. - Gracias Valentina. - digo mientras miro a una de las paredes. - Señora, ¿Van a desayunar en el comedor? - No, ¿Podrías llevar todo a la terraza? Por favor. - ella asiente y comienza a hacer lo que le pedí. Yo me voy a buscar a Ana y la encuentro tirada en la cama recién bañada. - Ana, vístete y baja a desayunar. - Si, si, ya voy. - responde y yo vuelvo a bajar. Después de varios minutos ya hemos terminado de desayunar y Ana toma un poco de leche porque al parecer no soporta el picante. - ¿Y que vas a hacer? - cuestiona y vuelve a tomar leche. - Tengo que hablar con él, iba a ir a su oficina pero no me parece muy buena idea así que mejor lo voy a esperar aquí hasta que llegue. - Espero que puedan hablar y arreglar todo esto. - dice Ana mirándome con compasión. - Me tengo que ir, me avisas cualquier cosa. Ana se acerca, me abraza y se va. - Te quiero. - grita desde la puerta. - Yo también. - grito y acto seguido escucho la puerta cerrándose. Son las ocho de la noche y Harry aún no se aparece por aquí. Me pasé todo el día pensando en un buen discurso para darle y también busque universidades de fotografía, encontré muchas, una mejor que la anterior y realmente me emociona que haya tantas, sin embargo, también me abruma no elegir bien. - Señora, ¿Quiere que ya le sirva la cena o va a seguir esperando al señor Harry? - miro a Valentina y mi estómago comienza a rugir como león. - Sirvela, por favor, al parecer el señor no llegará a dormir, de nuevo. - Valentina asiente y camina a la cocina. Ya terminé de cenar, me bañé y Harry aún no llega así que decido acostarme y dormir. Pongo la alarma de mi teléfono a las siete de la mañana para que si Harry viene a dormir y se va temprano, lo pueda alcanzar antes de irse. La alarma comienza a sonar y me levanto corriendo, entro a la habitación de Harry y la cama está descompuesta. - Así que si llegaste a dormir. - digo y sonrío mientras camino al baño para ver si se encuentra ahí, sin embargo, tampoco está en el baño. Corro y bajo las escaleras con velocidad, lo busco en todos lados y ni rastro de Harry. - ¿Busca al señor Harry? - cuestiona Valentina. - Si, ¿Lo viste? - Si señora, llegó después de las once y se fue a las seis con treinta, ni si quiera desayunó. - ¡Mierda! - grito y Valentina se asusta. - Lo siento. - me disculpo y me voy a mi habitación. Han pasado ya varios días desde la última vez que hablé con Harry, suele llegar después de que me duermo y se va antes de que me levante. Al principio lo esperaba a que llegara y me levantaba muy temprano para alcanzarlo antes de irse pero ahora ni si quiera lo intento. Es seguro que él no quiere hablar conmigo, ni si quiera verme, así que mejor lo ignoro yo también. En estos momentos me encuentro en el parque que está cerca del departamento, como todas las mañanas salí a correr muy temprano y al terminar me senté por un rato en una de las bancas. De repente el cielo comienza a nublarse y unos truenos muy fuertes comienzan a sonar por todos lados. - ¡Mierda! - digo al sentir una gota caer en mi nariz. Comienzo a correr hacia el departamento antes de que la lluvia me moje por completo. Al llegar al edificio encuentro a Valentina bajando del auto con muchas bolsas de compras. - Valentina, ¿Te ayudo? - No sé preocupe señora, Luck me está ayudando. - dice mirando a Luck y después a mi. - Está bien, pero dime ¿Por qué compraste tantas cosas? Las únicas que comemos aquí somos tu y yo, a veces invitas a Luck, pero eso es mucho. - Ay señora, es que, esta mañana el señor Harry me pidió que comprara todo para la cena. - ¿Harry va a venir a cenar? - Sí, me dijo que tenía invitados muy importantes. - ¿Invitados importantes? ¿Sus padres? - No, mencionó a un tal señor Smith y su hija. Me quedo muda al escuchar que los "invitados importantes" de Harry son la chica que está obsesionada con él y su padre. Sin duda esto lo hace para molestarme pero no le daré el gusto. ¿Quieres jugar, Harry? Juguemos.
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