Episodio 20

1371 Words
Llegamos al departamento y Harry sigue estornudando, no ha dejado de hacerlo desde que nos subimos al auto. - ¡Salud! - digo sorprendida ya que hace un ruido raro al estornudar. - Gracias. - dice Harry y sonríe. - ¿Estás bien? - digo mirándolo de arriba abajo. - Si, muy bien. - sonríe y vuelve a estornudar. - Señor, Señora, que bueno que ya están aquí. - dice Valentina caminando apresurada hacia nosotros. - ¿Qué sucede? - pregunta Harry con seriedad. - Llamó la señora Amanda, sonaba muy molesta y quería hablar con la señora Allison. Miro con preocupación a Harry quien se ve tenso y tiene el ceño fruncido. - ¿Qué quería hablar con Allison? - cuestiona con un tono de molestia. - La señora no me dijo, solo me pidió que le dijera a la señora Allison que le llamara en cuanto llegara. - dice Valentina nerviosa. - Si eso dijo, lo haré. - respondo y camino hacia el teléfono pero para llegar a él tengo que pasar enfrente de Harry. - No. - dice Harry tomándome del brazo haciendo que frene. - ¿Qué más da? Quiero saber que quiere ahora. - digo mirándolo a los ojos. - Iré mañana a hablar con ella, por ahora que nos deje en paz. - dice Harry y después sonríe. - Valentina, ¿Puedes hacernos té? - Valentina asiente. - Y si llama mi madre dile que no estamos. - ¿Y si se molesta más? - cuestiono con curiosidad. - Que mi padre la calme. - dice soltando mi brazo y volviendo a estornudar. - Deberíamos ir a bañarnos. - ¡¿Ba-bañarnos?! - digo sorprendida y levantando la voz. - Tranquila, tú en tu baño y yo en el mío. - responde y después me guiña un ojo. - Ah, sí, sí. Me iré primero. - cubro mis mejillas enrojecidas y camino a paso rápido hacia las escaleras. - Pero si quieres podemos hacerlo juntos. - dice Harry haciendo que frene en seco y que mis mejillas se pongan más rojas. - N-no, así, así estoy bien. - digo sin voltear a verlo y escucho una pequeña risa salir de su boca. - Como quieras. - dice con voz burlona y vuelve a estornudar. Salgo de bañarme y miro mi teléfono, tengo muchas llamadas perdidas de Ana y otras de Amanda, también tengo un mensaje de Imanol preguntando si estoy bien. No he respondido los mensajes de Imanol, creo que quizá debería hacerlo y aclarar de una vez por todas lo que pasó, no se me hace justo dejar que crea que realmente lo estoy esperando. Tengo que decirle lo que ha pasado pero aún no me siento preparada, necesito tiempo pero les juro que lo haré. Apago mi celular y lo pongo en mi mesita de noche, me levanto y camino hacia la puerta de mi habitación, la abro y asomo mi cabeza buscando a Harry, al no verlo salgo de mi habitación y camino hacia la de él. - ¿Y si se sigue bañando? - digo en un susurro mientras estoy a punto de golpear la puerta. - ¿Y si ya bajó? - cuestiono y me giro para mirar hacia abajo. Lo busco por todos lados donde mi vista alcanza a mirar pero no lo encuentro, así que decido girarme para golpear a la puerta pero justo cuando lo hago choco con su duro y firme pecho. - ¡Auch! - me quejo al sentir un pequeño dolor en mi nariz. Intento separarme de su pecho rápidamente, sin embargo, Harry me envuelve con sus fuertes y grandes brazos, atrayendome más hacia él. - En serio, ¿es legal tener tantos músculos? - dice mi conciencia. - Shhht. - hago un siceo para mi conciencia. - Nadie está hablando. - dice Harry en un tono divertido. - ¿Quieres un traste para la baba, querida? - habla de nuevo mi conciencia metiche. - Eh, es que me estás apretando un poco. - respondo a Harry y mis mejillas se enrojecen aún más. - Eh, amm, lo siento. - dice Harry nervioso y suelta su agarre. - ¿Ya estás mejor? - pregunto mirando al suelo. - Ahora que te veo, obviamente estoy mejor. - dice poniendo sus dedos en mí mentón y levantando mi rostro. - Me alegra. - digo evitando sus ojos. - ¿Eres una manzana? - dice sonriendo. - ¿Una...? ¡Oh! - digo y levanto mis manos para cubrir mis mejillas. - Quita tus manos, déjame verlas. - dice poniendo sus manos sobre las mías y haciendo que las baje. - Eres preciosa. Lo miro y siento mi cuerpo temblar. Analizo su rostro y es precioso, sus ojos café, esas cejas abundantes, su cabello color castaño y esos labios carnosos y color rosa. Sin dudarlo es un hombre muy apuesto. - Es tarde, deberíamos ir a dormir. - dice haciendo que salga de mis pensamientos. - Si, yo... - no termino de hablar ya que él pone uno de sus dedos en mis labios. - Perdóname, por todo. - dice casi en un susurro yo lo miro y veo sinceridad en sus ojos. - También perdóname, por todo. - lo miro y una lágrima comienza a rodar por mi mejilla. - No, no llores. Te perdono. - dice mirándome a los ojos y secando mi mejilla. - También te perdono. - digo y él sonríe. - Ve a dormir. - ¿Puedo dormir contigo? - pregunto con nervios y él se pone rojo como un tomate. - También te sonrojas. - digo divertida, Harry me mira y carraspea. - Era broma ¿no? - dice y yo asiento. - Buenas noches. - digo y me pongo en puntitas para poder darle un beso en la mejilla. Harry se da cuenta de lo que estoy a punto de hacer y gira su rostro haciendo que mis labios besen los suyos. Por un momento me quedo quieta pero él comienza a mover los suyos y yo sigo su movimiento. Este beso es dulce y tierno, muy tierno. Con cada beso me siento más cercana a él y con temor de enamorarme. Me separo un poco de sus labios y lo miro a los ojos. - Sabes a té. - digo y río. - ¿Quieres probar un poco más? - dice con picardía y yo niego. - Es tarde, me iré. - digo separandome por completo de él y caminando hacia mi habitación. Abro los ojos y la luz hace que los cierre nuevamente. Escucho unos leves golpes en la puerta de mi habitación y me levanto enseguida. - ¿Quien es? - cuestiono con el oído pegado a la puerta. - Tu esposo. - escucho la voz de Harry. - Enseguida abro. - digo nerviosa y corro al baño. Mi cabello está alborotado y aún tengo la marca de la almohada en el rostro. Me peino un poco, lavo mi rostro y mis dientes lo más rápido que puedo y corro de nuevo hacia la puerta. Al abrirla me encuentro con Harry, cortando muy bien un traje, ya estoy acostumbrándome a verlo así muy seguido. - Buenos días esposa. - dice con diversión y yo sonrío. - Buenos días esposo. - respondo y vuelvo a reír. - ¿Que harás esta tarde? - cuestiona con nerviosismo. - No tengo nada planeado, ¿Por qué? - cuestiono con curiosidad. - Hay un lugar al que quiero llevarte. - carraspea y continúa. - Pasaré por ti a las cinco, ¿Te parece? - pregunta y yo asiento. - Si, me parece bien. - respondo y él sonríe. - Nos vemos, esperaré con ansias esa hora. - dice con emoción y yo lo miro divertida. - Por cierto, eres preciosa. Harry me da un beso en la frente y baja corriendo las escaleras. Yo me quedo parada como boba mientras suspiro. "Eres preciosa", repito en mi mente la frase que me dijo anoche y que me repitió ahorita. Con el solo echo de recordarla me sonrojo y me pongo nerviosa. - Traigan una silla, esta niña está a punto de desmayarse. - dice mi conciencia y está vez estoy de acuerdo.
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