Kol. — Cálmate — Abbi me tranquiliza, o lo intenta, porque las mil ideas que vienen a mi cabeza no me están dando ninguna calma. — Abbigail — digo entre dientes apretados —, ¿qué diablos? Su mano me jala del brazo y me acerca a su rostro para susurrarme —: No te atrevas a hacerme una escena de celos aquí, no tienes derecho. Una risa un tanto cruda escapa de mi boca, una risa que no suena para nada feliz. — ¿No tengo derecho? — Inquiero con incredulidad —. Claro que tengo el puto derecho. ¿Tu profesor? — Las palabras saben mal en mi boca —. ¿Me estás mintiendo? — ¿Qué? — ¿Me estás mintiendo? — Me zafo de su agarre en mi brazo, retrocediendo un paso —. ¿Ese tipo es realmente tu profesor o te citaste con él después de esa noche y me lo quieres ocultar? ¿Era en una cita en lo que estaba