Capítulo 3

2929 Words
  Faltan pocos meses para terminar la escuela y entrar a la universidad, han pasado muchas cosas, después de haber humillado a Diego, no volvió a la escuela, además no tenía como pagarla, su familia quedó en la miseria. A Vanesa la expulsaron – se corrió el rumor de que estaba acosando a los maestros para tener sexo, la verdad, yo lo invente, le pague al profesor de física para que dijera que ella le había propuesto sexo, el director lo creyó, yo firme como testigo de que ella se le insinuaba al profesor, la expulsaron y su reputación se manchó. Recuerdo haberla esperado afuera de la dirección, cuando salió con la vergüenza en su espalda, sonreí y le dije, “Te lo advertí”, apretó los puños y sus ojos estaban llenos de rabia, sonreí con arrogancia y me aleje, esa era mi venganza. Ahora estoy muy bien, Alfonso es muy esplendido, me trata como una reina, pero no lo quiero, quiero algo más, aun me falta conocer a su padrastro, ese hombre millonario. Estamos acostados después de haber hecho el amor sin parar, me mira fijamente, no con lujuria ni pasión, con cariño y amor Sabes, no solo es esto, quiero algo mas – dice y frunzo el ceño ¿De qué hablas? – digo sin entender Creo que estoy enamorado de ti – dice y me tenso, nunca he sentido eso, solo he amado a un hombre y me abandonó, me levanto y me visto, me mira confuso y se acerca a mi Rebeca –dice y me gira para que lo mire Debo irme – digo con sequedad, yo no lo amo, jamás amare a ningún hombre, solo quiero ser rica y poderosa, lo demás no importa. *** Hola – dice mi mamá mirándome entrar a la casa, no digo nada y me siento en la sala Tengo algo para ti – dice alegremente, frunzo el ceño y la miro sacar de su bolsa una cajita Toma –dice y me la extiende, frunzo el ceño y ella sonríe Tómala y ábrela – dice y lo hago, dentro hay una pequeña cadena, no es nada comparada con las joyas que Alfonso me ha regalado ¿Esto qué es? – digo con sequedad Era de tu abuela, la mande a arreglar, para ti –dice y la miro con sequedad Mamá, es muy vieja, no está a la moda, no la quiero – digo y se la regreso, la toma y miro sus ojos marchitos Ya sé que no está a la moda, pero es lo único que me dejo tu abuelita, tómala por favor – dice y me la extiende Ya te dije que no, no quiero hacer el ridículo, si mis amigas la ven se burlaran de mi – digo con frialdad, sus ojos se han cristalizado, pero no me importa Entiendo – dice y la guarda en su bolsa Tengo sueño, hasta mañana – digo y entro a mi cuarto, mi madre es muy dramática El día llega y mientras las clases pasan, pienso en mi padre, ¿dónde estará?, ¿se acordara de mi como yo me acuerdo de él?, me gustaría tanto volverlo a ver. Hola – dice Alfonso sonriente, lo miro seria y él se acerca Hola – digo y miro un brillo en sus ojos Rebeca, me gustaría que conocieras a mi mamá –dice y lo miro fijamente ¿Quieres llevarme a tu casa? –digo y él asiente Sí, quiero que mi madre te conozca, mañana dará una cena y quiero que me acompañes – dice y sonrío ¿Y ahí estará tu padrastro? – pregunto y Alfonso frunce el ceño Sí, claro, ¿Por qué? – pregunta confuso, sonrío y lo abrazo Por nada, me encantaría conocer a tu mamá – digo aunque no es verdad, yo solo quiero conocer al hombre que maneja toda su herencia. Alfonso me ha llevado de compras, debo verme hermosa, lo lleno de besos mientras paga las cuentas, soy muy feliz, no sé porque me siento así, es como si fuera a conocer a alguien importante para mí. *** Miro el hermoso y entallado vestido n***o, me veo muy bien, mis rubios cabellos caen en mi espalda, mi boca pintada de rojo carmín y mis largas pestañas hacen verme guapa y juvenil. Escucho el pitido de su auto y sonrío, salgo de mi cuarto, mi mamá me mira y sonríe Rebeca te ves muy bonita –dice ella admirando mi belleza, sonrío y asiento Es una noche especial, conoceré a alguien muy importante – digo y ella frunce el ceño ¿A quién? – pregunta confusa, solo sonrío y le doy un beso en la mejilla Llego más tarde – digo y salgo, Alfonso me espera recargado en su auto, me mira de arriba abajo con fascinación, me toma de la cintura y me besa con pasión. Estaciona el auto en la enorme mansión, mi corazón late fuerte y las manos me sudan, me siento muy nerviosa y no sé por qué. Alfonso me toma de la mano y caminamos juntos dentro de la hermosa residencia, miro asombrada la decoración, es la casa más lujosa que he visto en mi vida, solamente las alfombras deben valer millones, miro a una mujer muy elegante bajar las enormes escaleras Alfonso la mira y sonríe con cariño, se acerca a ella y le da un beso, es muy guapa y distinguida, sus cabellos son rubios y sus ojos grises como los de su hijo, sus grandes y hermosos pendientes deben ser carísimos y su gargantilla se me vería mucho mejor a mí. Mamá, ella es Rebeca –dice Alfonso, su madre me mira de arriba abajo con arrogancia y me da la mano Mucho gusto, mi hijo me ha hablado mucho de ti – dice ella, sonrío y tomo su mano Muchos gusto señora, Alfonso también habla mucho de usted, dice que es muy guapa y no se equivoca – digo y sonrío hipócritamente, ella sonríe también Amor ya llegue – dice su voz, haciendo palpitar mi corazón, me giro y mi sonrisa se borra lentamente, sus cabellos tienen algunas canas, sigue siendo muy guapo y elegante, sus ojos azules son los mismos que la última vez, es mi padre. Siento que todo me da vueltas, estoy aturdida mirándolo, hacia 10 años que no sabía nada de él, y ahora está aquí, mirándome fijamente Amor ella es Rebeca, la amiga de Alfonso – dice la madre de Alfonso mientras le da un beso en la boca a mi papá, él le corresponde sin dejar de mirarme Mucho gusto, soy Ricardo, el padrastro de Alfonso –dice y me da la mano, la  tomo pero sigo aturdida, tengo muchas ganas de llorar, pero no debo hacerlo Mucho gusto señor – digo por fin, mientras sus  ojos azules siguen fijos en mi Ahora que lo pienso, es raro, Rebeca también se apellida del Olmo, como tú – dice Alfonso mirando a mi padre, él deja de mirarme y lo mira a él Tal vez tenemos algún parentesco lejano. – dice y se forma un nudo en la garganta, mi propio padre finge no conocerme. Vamos al comedor – dice la madre de Alfonso del brazo de mi padre, deja de mirarme y la mira a ella con cariño Claro amor – dice y camina delante de nosotros, siento que todo mi cuerpo tiembla, quiero abrazarlo y decirle que lo he añorado tanto, pero él es muy feliz casado con esa señora tan distinguida. ¿Estás bien? – pregunta Alfonso   mirando mi palidez Si – digo y trato de actuar normal, me toma del brazo y caminamos al elegante comedor, me siento aun lado de mi padre, lo miro y él tiene su mirada puesta en mí Esto es lo que él quería, dinero y poder, está casa es 10 veces más grande que la casa donde vivimos mi mamá y yo, la mamá de Alfonso es guapa y a leguas se nota su clase y elegancia, mi madre en cambio, se viste muy sencilla, nunca usa joyas ni mucha pintura, sus cabellos negros y sus ojos castaños no se comparan con la distinguida rubia que mi papá tiene a su lado. Comemos mientras Alfonso habla de la universidad, pronto nos graduaremos, yo sigo aturdida mirando a mi papá, él me ignora por completo, talvez no se acuerda de mí, eso debe ser, no sabe que soy su hija, me encantaría abrazarlo y besarlo. La cena termina, sé que mi padre no sabe que yo soy su hija, me duele ver como mira a la madre de Alfonso, me encantaría que a mí me mira así, con cariño y ternura. Estamos sentados en la sala, todos hablan mientras en mi mente recuerdo el día que se fue, como mi corazón se partió al verlo irse de mí. Ahora vuelvo – dice Alfonso y se aleja con mi padre, su mamá me mira con arrogancia y después sale también, suspiro fuerte y sin que pueda hacer nada siento una lagrima deslizarse por mi mejilla, la limpio con rapidez y suspiro, no debo llorar, soy Rebeca del Olmo. Rebeca – dice su voz tras de mí, me giro y miro a mi padre parado frente a mi Si Señor –digo tratando de sonar natural ¿Cómo está tu madre? – dice y mi corazón se acelera, sí sabe quién soy, estoy sin habla mientras sus ojos azules están fijos en mi ¿Tú, tu sabes quién soy? – digo aturdida, él mira hacia atrás asegurándose que nadie esté cerca, me vuelve a mirar y se acerca Rebeca no puedes decirle a nadie que soy tu padre, menos a Alfonso – dice quedando cerca de mi ¿Porque te fuiste papá?, te he extrañado tanto – digo y mis ojos se ponen llorosos Tú no entiendes, eras muy niña,  yo no podía seguir ahí –dice y lo miro con amor Ya lo sé, mi mamá tiene la culpa – digo y él arruga el ceño No te preocupes papá, no diré nada –digo y escucho a Alfonso y su madre regresar, él se separa de mí y se hace el disimulado ¿De qué platican? – pregunta la madre de Alfonso mirándonos con suspicacia De nada amor, vamos – dice mi papá y la toma del brazo, mi corazón brinca fuerte, mi papá no me ha olvidado. La cena termina, mi padre me miraba fijamente, yo tenía muchas ganas de abrazarlo, pero no debo hacerlo, nadie debe saber que soy su hija. Llego a casa y me acuesto en la cama, suspiro fuerte y abrazo mi almohada, he encontrado a mi papá y no lo perderé jamás. El día llega y hago mi maleta, me iré con mi padre, puede rentarme un departamento y visitarme cuando pueda, si es necesario ocultare que es mi padre. Mi madre entra y mira mi maleta, yo también la miro, por fin me iré de esta casa ¿Qué haces? – pregunta mi madre mirándome acomodar mis cosas Me voy –digo y ella se acerca con rapidez ¿De qué hablas?, ¿a dónde vas Rebeca? – dice preocupada Encontré a mi papá – digo y miro sus ojos grandes ¿Qué?, ¿Dónde? – pregunta mientras sigo acomodando mis cosas No importa, me iré con él – digo y ella me toma de las manos No Rebeca, mira, sé que lo extrañas, pero no puedes irte con él – dice con los ojos llenos de lágrimas ¿Tú sabias donde estaba? – pregunta asombrada, ella no dice nada, solo baja la mirada, me suelto de su agarre y la miro con rabia ¿Porque nunca me lo dijiste? – grito con rabia Él está casado con una mujer rica, no quiere saber nada de nosotras, ha hecho su vida – dice ella y la miro con rabia Él me quiere, me iré con él, ya no quiero estar aquí, te odio – digo y trato de salir pero me detiene Rebeca, por favor hija, no me dejes -. Dice y la miro con enfado, me zafo de su agarre  y camino a la puerta, me vuelve a tomar y la miro con rabia No entiendes, te odio, por tu culpa mi papá se fue, nunca te lo perdonare – digo y miro sus ojos marchitos Rebeca por favor, no vayas, no quiero que te lastime –dice llorando, me suelto una vez más y la miro con altanería, salgo y azoto la puerta,  no volveré jamás. Miro el gran edifico frente a mí, suspiro y entro, son unas oficinas muy lujosas, mi papa es rico y poderoso y yo estaré con el siempre.  Llego a la recepción y la secretaria me recibe con indiferencia Busco al señor Ricardo del Olmo – digo con arrogancia y ella alza la ceja ¿Tienes cita? – pregunta y niego No, dile que soy Rebeca – digo y ella me mira con enfado El sr del olmo no recibe a nadie sin cita  - dice ella y la miro con sequedad Es obvio que no sabes quién soy, dile que lo busca Rebeca y ya – digo con arrogancia Niña entiende, el Sr del olmo no recibe a nadie y menos a ti – dice y la miro con rabia Lorena tienes los – dice mi padre saliendo de su oficina peo se calla al mirarme Sr. esta niña lo busca, ya le dije que no la puede recibir – dice la estúpida de su secretaria Está bien Lorena, que nadie me moleste – dice mi padre, sonrío con arrogancia y miro a la estúpida secretaria con superioridad, ella me mira con enfado y sonrío. Entro a la oficina y trato de abrazar a mi papá pero él se quita con brusquedad ¿Se puede saber qué haces aquí? – dice con enfado Papá quiero estar contigo –digo y el arruga el ceño ¿De qué hablas? – dice sin entender Ya sé que no quieres que nadie sepa que eres mi papá, no te preocupes, no se lo diré a nadie, puedes rentar un departamento para mí y – digo pero me calla Basta, nunca dije que fuera a ver por ti – dice con frialdad y lo miro aturdida Pero me reconociste –digo sin comprender Rebeca, tu no entiendes –dice y me acerco Si entiendo papá, sé que tienes otra familia, nos dejaste por culpa de mi madre – digo y me mira confuso No es así – dice y se aleja ¿Sabe tu mamá que estás aquí? – dice y me mira con enfado Me fui de la casa, no quiero vivir más con ella – digo y él niega No Rebeca, no debiste hacerlo, yo no puedo ver por ti, tengo mi vida hecha – dice y me acerco con rapidez Papá por favor, yo te quiero – digo pero sus ojos azules son fríos No te culpo por haberte ido, sé que lo hiciste porque odias a mi madre – digo y él niega otra vez No Rebeca, yo amo a tu madre – dice, y arrugo el ceño confundida Siempre la he amado, pero ella no tiene dinero, no podía darme poder, por eso me fui, por ambición, pero la verdad es que siempre la he amado a ella –dice, no puedo creerlo Papá – digo y él vuelve a hablar Tu madre es la mujer más buena y pura que he conocido, después de que me fui, y logre tener dinero, la busque, le propuse que fuera mi mamante, pero ella no quiso, jamás haría algo así, me dijo que no la volviera a buscar, que ella iba a sacarte adelante sola, trabajando, y así lo ha hecho, es la mejor mujer, la mejor madre que puedes tener –dice y siento como las amargas lágrimas brotan de mi Sabes – dice y se sienta en su elegante silla La sigo amando, me encantaría verla, pero no me quiere cerca, por eso me aleje, ahora no puedo cambiar lo que hice, preferí el dinero y el poder, ahora vivo atado en esa jaula de oro – dice con tristeza Puedes volver con nosotras – digo y él niega Es tarde, vivo como siempre quise, soy poderoso y todos me respetan, tu madre nunca me va a perdonar y es mejor olvidar – dice y me arrodillo aun lado de él Papá no, no me olvides – digo y él me mira Regresa con tu madre, tus no cabes en mi vida – dice y hace que me duela el pecho Vete Rebeca, vete y no vuelvas –dice y me da la espalda, y ahí, arrodillada en su elegante oficina, lloro como nunca lo había hecho jamás. Me limpio las lágrimas y me levanto, lo miro, aun esta de espaldas, aprieto los puños y camino, me detengo y lo vuelvo a mirar Sabes, siempre te quise, eras lo que más quería – digo y él se gira para mirarme Pero a ti no te importa mi vida, sigue siendo rico y poderoso, púdrete entre tus negocios, tu castigo es amar a mi madre y que ella te mande al diablo como tú lo has hecho conmigo – digo con rabia, él no dice nada, asiente y baja la mirada Sr. del Olmo, siga siendo rico, algún día yo lo seré también, y te hundiré – digo y salgo azotando la puerta, su secretaria me mira y la despedazo con la mirada, salgo de ahí sin voltear atrás, nunca más volveré a llorar, él era la persona que más amaba, pero jamás le he importado, ahora lo odio, lo odio como odio a mi madre, ya no me importa nada, juro que nadie más me humillara.
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