Alfonso me deja en mi casa, entro y miro a mi madre frente a mí, está enojada, lo sé por qué su mirada no es tierna y dulce como siempre
¿Rebeca de dónde vienes?, es de madrugada –dice mi mamá con enojo
Estaba con Paulina – digo y paso a su lado pero me toma del brazo
No me mientas, le llame y no estabas con ella – dice con enfado, Paulina es una estúpida, pero mañana me las pagara
Déjame en paz, ya soy mayor de edad y puedo hacer lo que yo quiera – digo y ella niega
Mientras vivas en esta casa harás lo que yo te diga –dice y la miro con altanería
Por esto te dejó mi papá, porque lo hartabas – grito y me encierro en mi cuarto, odio a mi mamá
El día llega, mi mamá me sirve el desayuno, pero esta seria, ella siempre trata de que estemos bien, me da todo lo que le pido, o al menos lo intenta, se mata trabajando para pagarme la escuela, pero yo no puedo dejar de odiarla
Rebeca – dice Paulina y se acerca
Ayer te fuiste con Alfonso – dice y asiento con altanería
Solo puedo decirte que es muy bueno en la cama – digo y ella abre la boca asombrada, sonrío y ella me mira como si fuera una diosa
¿Y Diego? – dice y alzo los hombros sin interés
Es un imbécil – digo y ella asiente, mi objetivo lo tengo muy claro, y el padrastro de Alfonso es mi prioridad
¿Ya saben lo que pasó? – dice Catalina, la más chismosa de la escuela
No, ¿qué paso? – pregunta Paulina
Pues que Rebeca será pobre - dice Catalina con malicia
¿De qué hablas? – digo mirándola con frialdad
La familia de Diego está en la ruina, han metido a su papá a la cárcel por desfalco y los han dejado sin nada – dice Catalina, la miro aturdida y ella ríe divertida, me levanto de la mesa y busco a Diego, por eso no ha venido a la escuela, no tenía idea, pero no me importa, nunca lo quise, y ahora menos.
Hola – dice Alfonso tras de mí, sonrío y me toma de la cintura pegándome a su cuerpo
Hola – digo cerca de su cuello, él sonríe y me da un beso en la mejilla
¿Te parece si nos escapamos? – digo y miro un brillo en sus ojos grises, me toma la mano y juntos nos vamos
El día pasa y me acuesto en la cama, cene en silencio, aún estoy enfadada con mi mamá, la verdad viviré siempre enfadada con ella
Escucho pasos, y cierro los ojos haciéndome la dormida, mi madre abre la puerta, escucho como se acerca, me arropa con las sabanas, acaricia mis cabellos y me da un beso en la frente, sale y cierra la puerta, abro los ojos y suspiro, no sé si algún día la deje de odiar.
Buenos días – dice Paulina entrando al salón, sonrío y ella se sienta a mi lado, Alfonso también llega, me mira y sonríe, le sonrío de vuelta con coquetería y se sienta en su lugar, Paulina me mira con picardía y sonrío con vanidad.
Estamos sentadas en la cafetería de la escuela, Paulina me cuenta que su padre la llevara de viaje a Francia en las vacaciones, sonrío hipócritamente, aunque por dentro muero de rabia
¿Ya viste quien llego? – dice Paulina y miro a Diego entrar, me mira y se acerca, pero lo ignoro y tomo de mi malteada
¿Rebeca podemos hablar? – dice y lo miro de arriba abajo con arrogancia
No tenemos nada de qué hablar – digo y él me mira confuso
Rebeca por favor, necesito decirte algo – dice con suplica, mientras todos los muchachos nos miran
No hablo con perdedores – digo con altanería y todos murmuran
Rebeca – dice Diego con los puños apretados
¿Qué quieres?, déjame en paz, no me interesa tener nada que ver con el hijo de un delincuente – digo y todos los muchachos hacen bulla, Diego mira a todos burlarse de él y me mira con rabia
Mi padre no es ningún delincuente – grita con rabia
Si lo es, lo metieron a la cárcel por ratero, eres un perdedor como él – digo y todos le hacen burla, sonrío y lo miro con arrogancia, sus ojos se han llenado de lágrimas y yo lo estoy disfrutándolo tanto.
Me levanto y camino cerca de él, Paulina me sigue y cuando paso a su lado susurro
Perdedor – me mira mientras me alejo con vanidad, todos siguen burlándose de él, dije que me las pagaría, lo he humillado enfrente de todos, y eso es solo un poco.