Narra Eun-Yeong
Me dolía mucho la cabeza e intentaba abrir mis ojos pero no podía, después de que Jung Kook me dejara sola en medio del bosque y la lluvia para buscar ayuda, me desmaye.
No supe que fue de mí hasta ahora, que me despierto con un fuerte dolor de cabeza y aunque siento que estoy acostada a salvo de la lluvia, sé que mis malestares no han disminuido.
Tenía la mente en blanco, sin saber donde estaba o qué me había pasado, hasta que escucho una voz conocida
— Tranquilo Jung Kook t-t-ú pu-e-des, sólo le ca-ca-cam-bia-ras la ropa, so-so-solo eso, todo sea por que ella se mejore pronto, así que Eun-Yeong lo siento.
Es en ese momento, en el que siento como unas manos frías tocan entre el dobladillo de mi blusa y mi abdomen.
¿Que él va a hacer qué? —Pienso alarmada— ¡Tengo que detenerlo ahora! —Grite en mis pensamientos—.
Narradora
Pero aunque Eun-Yeong escuchaba todo perfectamente sus ojos ni cuerpo querían reaccionar y Jung Kook seguía desvistiéndola.
Ambos estaban nerviosos, Jung Kook no había desnudado ni visto el cuerpo de alguna mujer y a Eun-Yeong ningún hombre la había desvestido, ni visto su cuerpo a excepción de Nam. Pero ya no había nada que hacer.
Después de que Jung Kook lograra vestir a Eun-Yeong llamo a las dos personas que los están ayudando para que atendieran a Eun-Yeong, olvidándose por completo que él tenía que cambiarse. Aunque el anciano le dijo una y otra vez que se fuera a cambiar y que durmiera un poco él no quiso, ya que tenía miedo que mientras él dormía Eun-Yeong se complicará, sólo decidió cambiarse cuando vio que la temperatura en Eun-Yeong bajaba, decidiendo Jung Kook acostarse al lado de Eun-Yeong para estar pendiente por si algo le sucede..
Eun-Yeong escuchaba todo, pero no podía moverse, su cuerpo se lo impedía, por más órdenes que daba a su cuerpo de moverse este no lo hacía, por ello le parecía lindo de su parte y agradecia que Jung Kook estuviera tan preocupado por ella, en cierta parte le hacía recordar a Namjoon cuando estaban juntos tiempo atrás.
Después de varios intentos Eun-Yeong logra abrir los ojos poco a poco, aunque Jung Kook estaba a pocos metros de ella, no pudo darse cuenta de que Eun-Yeong había abierto los ojos, debido a que este se encontraba de espalda quitándose la ropa para cambiarse.
Eun-Yeong cerró los ojos inmediatamente avergonzada por lo que logró ver, pero no podía negar que ver a Jung Kook sin camisa y quitándose el pantalón eran una increíble vista aunque ese pensamiento la avergonzara.
(...)
Desperté con los rayos del sol sobre mi rostro y un Jung Kook aferrado a mi brazo izquierdo, lo cual me causó ternura, aunque él estaba lastimado se notaba su preocupación por mí, me moví suavemente de mi puesto para levantarme sin despertar a Jung Kook, pero todo intento fue en vano cuando vi como sus ojos se posaron en mí, soltando de golpe mi brazo y dirigiendo sus manos a mi cabeza.
— ¿Te encuentras bien? —Asentio— ¿Te duele algo? —nego— Vamos Eun-Yeong, no te hagas la fuerte conmigo, sé que te debe de doler algo, así que dime, ya el susto de muerte me lo diste ayer y si sobreviví a él puedo soportar este —dramatizo—.
— Deja de ser tan dramático Jung Kook, estoy bien —miró su pie— Estamos bien ¿no? — Jung Kook mira su tobillo y asiente—.
— Perfecto, ahora tenemos que irnos en donde están los demás, ya que tienen compromisos pendientes y sin ti no lo podrán hacer.
Jung Kook abrió su boca para responderme pero una voz lo detuvo.
— ¡Abuelo ya despertaron!
Segundos después una cálida sonrisa del anciano apareció en su visión periférica.
— Que bueno que despertaron, ¿Sienten algún dolor?—ambos negaron—, supongo que tendrán algún malestar —sonrió— pero el alivio que sienten mutuamente al ver que su esposa está fuera de peligro de la mordedura de serpiente —dijo señalando a Jung Kook y a Eun-Yeong con su cabeza — y a Eun-Yeong ver que su esposo está bien, a pesar del percance que tuvo en la noche —los observó a ambos— deja de lado cualquier dolor —suspiro— vaya, que lindo es el amor, pones de segundo tu seguridad para priorizar la de la persona que amas —finalizó sonriente—.
Pero Jung Kook y Eun-Yeong estában rojos como tomates, mientras negaban constantemente.
¡¿Esposos?! ¿Cuando?
— Pero nosotros no estamos casados —respondío Eun-Yeong tímidamente.
Guau, vaya situación incómoda.
— Oh, entonces la juventud, ahora es más rápida que antes, antes para poder siquiera ver algo de su abdomen tendríamos que estar casados, pero ahora sin casarse se desvisten el uno a otro.
Jung Kook y Eun-Yeong palidecieron mientras se sonrojaban más sus mejillas —como si fuera eso posible— y allí Eun-Yeong lo recordó todo, sus manos desvistiéndola y después cuando ella lo vio por un momento desvestirse, deseaba que fuera un sueño, pero el anciano corroboro que era la realidad.
Que vergüenza.
Mientras tanto Jung Kook se maldecía mentalmente, sin el comentario del anciano podría haber dicho que ella aun enferme lo había hecho u otra mujer la había desvestido, pero ahora toda mentira que podría haber planeado quedaba imposible de aplicar, sin contar de cómo iba a poder mirar a Eun-Yeong a los ojos de ahora en adelante, la vergüenza lo mataba por dentro, y sabía que estaba no se le quitaría de un día para otro.
(...)
— Gracias por cuidar de nosotros señores —dice alegremente al joven y al anciano que los ayuda a bajar del transporte en el que se encontraban—.
El anciano sonrió —yo soy Sunk, Chang Sunk y él es Jong, y de nada, me alegra haber servido de ayuda y...
El señor Sunk fue interrumpido por el escándalo de Tae y Hoseok que se habían dado cuenta de la llegada de los chicos y así con gritos avisarles a los demás, quedando en segundos rodeados por los demás integrantes de Bts, su manager, el dueño del lugar y demás jóvenes que habían ayudado con la búsqueda de los chicos.
— Eun-Yeong, ¿Estas bien? —Suspiro Tae— no pude hacer mis travesuras sin tu ayuda.
Hoseok lo golpeó en la cabeza lo cual Tae sobo inmediatamente con un auch saliendo de sus labios.
— ¿Cómo están? ¿Dónde estaban? ¿Qué les paso? ¿Se sienten mal? ¿Ya comieron? —pregunto cada Jin sin respirar.
— Está bien, está bien, respira profundo Jin, además ¿Que pregunta quieres que te respondemos primero?—dijo Jung Kook intentando acercarse a ellos pero su dolor en el pie izquierdo lo hizo tambalear, por lo que Eun-Yeong se colocó al lado de él abrazándolo por su cintura y colocando su brazo sobre su cuello.
— Ellos están bien, ya comieron, tomaron medicina y demás atenciones básicas, la señorita fue picada por una serpiente, pero ya fue atendida —comenta el anciano al ver el asombro en los presentes — y el joven se torció su pie izquierdo al tratar de buscar ayuda en medio de la lluvia y caer en un hueco, pero ambos después de la atención están fuera de algún peligro, sólo les queda descansar —finalizó —.
— ¡Guau! —dijeron todos los presentes excepto Nam, Jung Kook y Eun-Yeong —.
El anciano se dirigió a nosotros y continuó:
— Bueno, mi ayuda es hasta aquí, espero que de ahora en adelante no tengan esta serie de percances y tengan una relación feliz y placentera —finalizó.
Jung Kook, Eun-Yeong y el dueño del lugar (que conocía al señor Sunk) le dieron las gracias.
Todos quedaron sorprendidos, bien sea por la herida de Jung Kook, por la rapidez en Eun-Yeong para que este no cayera al suelo en su intento de caminar o por la relación feliz y placentera que le deseo el anciano a Jung Kook y Eun-Yeong antes de irse.
Lo que sí era evidente es que mientras Tae y Hoseok se burlaban de lo de la relación placentera a Nam estaba que se lo llevaban los mil demonios.
Eun-Yeong y Jung Kook en una relación, esto sería imposible —pensó Rm—.
Es posible, ya que tu terminaste con ella y hasta el momento la has ignorado, en pocas palabras, no tendrían nada que se opusiera a su relación —dijo una vocecita en la cabeza de Nam— Además, ambos en el bosque solos y bajo la lluvia, sería un sitio muy romántico ¿No crees? Tal vez pasaron a la etapa lujuriosa de la relación —finalizó su voz en la cabeza—.
Y con ella la preocupación de la salud de ambos fue dejada en el olvido, para Nam ahora mismo no era importante el relato del anciano de que ambos habían tenido problemas, sino se enfocó en la relación feliz y placentera que deseaba el anciano a ellos como pareja y la escena en donde Eun-Yeong casi corre para agarrar a Jung Kook para que no cayera al suelo.
Rabia y celos era lo que sentía en esos momentos.
Pero lo que no sabía Nam es que esos celos y rabia no iban a aparecer solo en ese momento, este era el inicio muchos más.