Eran casi las nueve de la mañana del sábado, la cabeza le dolía horrible y el cuerpo también. Poco a poco abrió los ojos y vio la tela del sofá ¡¿pero que demonios?! Se enderezo de repente ¿qué hacia ella en la sala? No podía recordar nada y dedujo que se quedo dormida y el patán de su marido la había dejado durmiendo ahí, botada. El muy “perro” ¿no podría haberla despertado? Se levanto del sofá, un vértigo repentino la hizo apoyarse en el respaldo, apretó los ojos y aspiro - exhalo; ya que hubo pasado, se alejo con paso vacilante rumbo a la escalera. Las piernas le temblaban horrible, tenia la boca seca y solo quería llegar a la cama y tumbarse. Jorge venia bajando la escalera, la repaso de arriba abajo con gesto de desaprobación. _Creo que la Familia Franco me ha timado, se suponía qu