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Rosy llego al comedor y con timidez le pregunto si estaba bien, ella le dijo que no se preocupara, que la cena había salido bien y que Jorge no se había molestado por las velas y la luz. Le dijo que quería estar sola, que podía dormir en su cuarto que ella iba a estar bien. Por primera vez en días, Rosy obedeció y la dejo sola, ya estaba acostada, pero no podía dejar de pensar en Jorge, no se escuchaba nada en la otra habitación, aunque la puerta estaba entreabierta. Aparto las mantas y se acerco a la puerta, las cortinas no estaban corridas y la luz de la luna bañaba la habitación, estaba acostado boca arriba, parecía que dormía, regreso a la cama. No podía dejar de llorar, cada vez que lo pensaba, le dolía mas lo que Jorge pudo haber sufrido y no tanto lo que le había hecho a ella. Escuc