Ya estaba cansada de esto, es decir, mi relación con Roberto era un, tira y encoge. Nos gustábamos, lo sabía, yo estaba dispuesta a todo con él, pero parecía que él se sentía más culpable que yo por iniciar algo entre nosotros, aunque todavía no sabía qué. De nuevo, me quedaba con las ganas y comencé a pensar que quizás no sé trataba de Roberto, quizás se trataba de que necesitaba sexo, hacía mucho que no drenaba mi energía s****l y posiblemente, como Roberto era por mucho, el hombre más atractivo que tenía cerca, entonces por eso mis hormonas se alborotaban con él. No iba a seguir insistiendo con mi primo Roberto, era lo más sano, después de todo, era mi familia y yo andaba como una loca pervertida con mis hormonas. Parecía que él tenía más sentido común que yo. ¿Qué opinaría Nana de mí