Desperté en la cama buscando a Roberto, él ya no estaba, supuse que se levantó bastante temprano. Me estiré un poco para desperezarme, sentí varios aguijonazos en mi vientre y algunas partes de mi cuerpo, recordatorio de la noche que pasé. Suspiré pensando y recordando, parecía estar en un sueño hecho realidad. Mi estómago gruñó, aclamaba por comida. Voltee hacia la mesita de noche en la que había un reloj para ver la hora, eran las 9:30 am. “¡Que! No puede ser”. Me levanté trastabillando, a la carrera. Con la mayor velocidad que pude, corrí hacia mi habitación para tomar una ducha rápida y cambiarme de ropa. Bajé dispuesta a desayunar y empezar con mis actividades, en las que ya iba bastante atrasada, rogando mentalmente que este atraso, no me traiga tantos problemas. Mientras que no c