Las estrellas recién comenzaban a mostrarse en el cielo, ese cielo de un azul oscuro que podían contemplar perfectamente desde la terraza en aquel pent-house de Arturo, Anna se levantó del suave colchón y pronto tomó sus pertenencias sin pudor alguno de ser observada por el vicepresidente de la compañía para la cual ella trabajaba. Se colocó su ropa interior y después una a una, las prendas que hacían falta. Arturo la miró embelesado, mujeres como Anna no se presentaban tan a menudo en su vida, a él le gustaba tener una vida s****l activa y era sumamente responsable en cuanto a la protección para no tener que lidiar con embarazos no deseados, no obstante, con lo que a veces si tenía que lidiar, era con mujeres que anhelaban que después de una noche ardiente él les propusiera algo más que