Jacob esperaba pacientemente que la mujer que Evie le había dicho que lo atendería llegara a la recepción, Martha estaba encantada con la presencia de ese hombre, si bien Ben y Arturo eran hombres apuestos, observar a Jacob era un deleite y se debía principalmente a su caballerosidad y amabilidad a la hora de comunicarse con otras personas. Arturo observó al hombre desde el ascensor y una vez que comprobó quien era aquel sujeto por el que Anna se había incluso cambiado de atuendo volvió a su oficina. Estaba molesto, golpeaba con sus dedos el escritorio tratando de concertarse en el trabajo que tenía pendiente, sin embargo, no dejaba de ver el reloj. Este marcaba ya las dos de la tarde y Anna aún no regresaba, eso lo sabía por qué había marcado a la recepción en dos ocasiones para pregun