Jeremías. —Jere. —¿Mm?. —desde la mesa la veo hacer la comida, en como va y viene con su vientre enorme, descalza y con un vestido suelto. —Golpean la puerta, ¿Puedes abrir?. —Voy. —ni cuenta me di donde estaba apreciándola—. ¿Blanca?. —Necesito un favor, ¿Puedes ir a la ferretería y comprar dos kilos de estos clavos? Me peleé con el viejo ese. —Esta bien. —me da las llaves del auto y entra a la casa—. Gordi ya vengo. —Si, ve tranquilo, le falta bastante. —voy negando porque es media bastante arrebatada, ha tenido una discusión por eso me pide que le haga el favor. —Buenas tardes, ¿Me da un kilo de estos clavos?. —los mira y me mira a mi frunciendo las cejas. —Esto vino a buscar la amantes de indios, ¿Le estas haciendo favores también?. —No sé con quién se cree que habla pero a