Camino hacia mi cuarto para pasar desapercibida, mientras Sebastián se queda en el suyo, no queremos que nadie sospeche de nosotros, aunque difícil si nos será disimular un poco, es complicado esconder los verdaderos sentimientos cuando en realidad son muy intensos, pero de algo estoy muy segura es que no me arrepiento ni un poco de lo que estoy sintiendo. Salgo del cuarto y caminó hacia la sala, mis papás están sentados y se ríen entre ellos, murmurando en voz muy baja, los observó y me acerco a ellos. —Buenos días, veo que amanecieron muy felices, yo también quiero saber cual es el motivo de tanta felicidad, porque la verdad están muy sospechosos, y hasta ayer no paraban de llorar, fue un cambio de extremo a extremo, pero me alegra verlos así. —Los observó muy emocionada. —SI, lo esta