Capítulo 5: Siendo realista

1103 Words
Salgo de la universidad y voy por la calle caminando buscando está dirección, por fin llegue, será que me perdí, esto es una pocilga y es la dirección que me dio Manuel, me debe estar engañando, la puerta está abierta voy a entrar ya mismo; estoy caminando por un pasillo oscuro y largo qué hay voy muy asustada este lugar se ve muy aterrador, llegué al primer piso de la casa y no hay nadie por ningún lado hay unas escaleras, voy subiendo por ellas temblando del miedo, la verdad no tengo nada para defenderme ya se utilizaré el portátil, veo que hay una mesa centrada con unas velas rojas, dos copas de vino y pétalos de rosas, qué es esto miro hacia todos lado y no veo a nadie por ningún lugar parece una broma lo mejor es que me vaya. —Sara no te vayas, no seas paranoica esta es una sorpresa para ti, quiero que tengamos un momento íntimo los dos no me malinterpretes, es un espacio para conocernos un poco más allá no hemos tenido la oportunidad de hablar déjame decirte algo, estás hermosa ese vestido rojo te marca toda la silueta te hace ver muy sensual date la oportunidad de conocerme no te vas arrepentir, no te hagas la santa conozco perfectamente a las mujeres ambiciosas como tú, tú eres una, voy a ser muy claro contigo mira todo este dinero qué tengo en mis manos me lo gané trabajando duramente realizando extorsiones a ricos a ellos les sobra el dinero ahí tienes la información que querías Sara tú decides si te vas o te quedas. —Él me mira a los ojos y toma mi mano. —No veo porque me tengo que ir, no podemos desperdiciar estas dos copas de vino, está todo muy romántico y sabes Manuel lo que más me gusta es tu compañía eres muy interesante. —Levanto mi copa y la llevó lentamente hasta mi boca dejando caer un poco de vino alrededor de mi pecho, me siento en una de las sillas que están ahí, cruzó mi pierna, con mi mano subo un poco mi vestido, lo miró fijamente y muerdo mis labios. —Sin tener duda alguna eres hermosa Sara, tú siempre serás mía te lo aseguro cueste lo que sea, lo mejor es que tú sí tienes un precio. Me voy sobre el de una forma muy descontrolada, seduciéndolo con mi cuerpo y mis encantos, nos acercamos frente a frente se siente que los dos tenemos la respiración acelerada el deseo no se puede evitar, me lleva sobre su cama y empieza a contemplar mi cuerpo me toca con sus manos ásperas y resecas las cuales están cargadas de lujuria y deseo, él comienza a desvestirse rápidamente, es muy atractivo sus brazos me hacen sentir vulnerable y verlo a él muy fuerte, me comienza a desvestir lentamente pasándome por mi cuerpo sus manos ásperas, empieza a besar todo mi cuerpo no deja un solo espacio de mi sin rozar sus labios llenos de deseo y placer. —Para Manuel, no puedo seguir haciendo esto apenas te conozco y no me siento segura de lo que estoy haciendo —le hablo con mucha preocupación. —Pensé que era lo que querías, por la forma en que me insinuabas, que pretendes obtener Sara dinero, ¿cuánto quieres? yo te lo doy. —Él se pone muy molesto y me frunce sus hombros. —Manuel si tienes toda la razón, lo que más me importa es el dinero, pero ni por todo el dinero tendría sexo contigo, me das asco y ten algo claro me sobra mucha dignidad para fijarme en alguien tan insignificante como tú, necesito un hombre a mi lado qué me tenga como una reina no un pobretón como tú porque el dinero que tienes no te pertenece a ti. — Lo miró con desprecio. —Sara pensé que eras más inteligente pero veo que me equivoqué solo te gustan los encorbatados, no te das cuenta que yo puedo colocar el mundo a tus pies si así lo deseas, además este pobretón qué tiene mucho dinero por cierto, también es peligroso así que mejor procura pensar un poco las palabras qué me vas a decir porque no sabes el psicópata que llevo dentro de mí, y así como tú eres capaz de hacer lo que sea por dinero, yo soy capaz de hacer lo que sea por tener a la mujer que quiero a mi lado y cómo te parece qué esa mujer eres tú, así que colócate la ropa ya mismo y lárgate no te quiero ver, largo Sara. —Me voy a ir pero porque yo quiero me das asco Manuel, no te atrevas a acercarte a mí — le hablo con mucha rabia. Voy saliendo de la casa de Manuel creo que es su casa, no estoy segura de que sea miente tanto, me siento tan humillada no le costaba nada entender no me sentía preparada para tener intimidad con él, es un idiota y que ni crea qué tengo miedo a sus amenazas porque yo también soy capaz de hacer cosas inimaginables por quitarlo de mi camino si me daña los planes, no entiendo qué me pasó no es la primera vez que voy a tener sexo con alguien sin quererlo nunca me he enamorado, pero solo pienso en Sebastián no entiendo porque, si el no tiene nada para ofrecerme aunque es inteligente, caballeroso está pendiente de mi creo que le importo, y muy guapo, el no tiene dinero y ese es mi objetivo, Sebastián lo único que puede ser para mí es una distracción hasta le podría decir mi juguetito, además la estúpida de Cristina me cae demasiado mal no me incomodaría para nada arruinarle su perfecta vida, y su padre me interesa mucho es muy adinerado el si puede complacerme todos mis caprichos y de paso dejó en la calle la miserable de Cristina y a su pobre madre qué no es suficiente para Jerónimo, en cambio yo soy demasiado para él todos mis planes se me van a ir cumpliendo poco a poco voy a sacar de mi camino esas piedras qué me están obstaculizando todo qué se cuiden, no saben de lo que soy capaz de llegar a ser, por el momento voy a buscar la manera y decir muchas mentiras para qué Sebastián se aleje más de Cristina esa infeliz merece estar sola con mis encantos lograre que Sebastián solo tenga ojos para una mujer y esa seré yo que misma, ninguna idiota va estar en la vida de él.
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