Capítulo 7: Me siento confundida

2136 Words
Tengo que dejarle todo claro a Débora no puedo permitir que se valla aprovechar de lo que yo hice, además no la necesito a ella mi vida está tomando un rumbo el cual me gusta mucho, esta colocando todo en su lugar sobre todo el lugar que yo me merezco siendo la esposa de Jerónimo Vargas y teniendo el control de absolutamente todo, mi futuro se está arreglando, voy caminando hacia el burdel para confrontar a Débora camino rápidamente y noto que Manuel toca la puerta de ese lugar tan asqueroso, me escondo atrás de un árbol para que no noten mi presencia y poder vigilar de una manera muy cautelosa, Débora abre la puerta y le sonríe muy coquetamente a Manuel, el estira y levanta sus brazos hacia ella tomándola de la cintura y alzándola hasta quedar en el aire por unos cortos minutos, luego la baja rozando el cuerpo de ella sobre el suyo y le besa su boca muy apasionadamente, él la abraza tomándola mas abajo de su cintura ríen juntos y entran cierran inmediatamente la puerta, no entiendo absolutamente nada cómo es posible que se conozcan ellos dos, además Manuel parecía tener clase y metido en este lugar tan insignificante y de bajo estatus no lo puedo creer lo mejor será confrontar y así sabré si hay algo más en ellos dos, me acerco hacia la puerta del burdel miro algo nerviosa hacia todos los lados pues se que se puede esperar lo peor de una persona persona sin escrúpulos como Débora, toco la puerta tres veces seguidas de una manera fuerte y arrebatada, escucho unos pasos fuertes que se dirigen hacia la puerta acompañados de unos murmullos que no se logran llegar a entender la puerta se abre, mi cabeza está agachada mirando hacia el suelo y mi rostro refleja en mi mirada intranquilidad y algo de nerviosismo, levantó lentamente mi cabeza colocando mi frente alta y veo enfrente mío a Débora mirando mi rostro con una mirada cínica y levantando su ceja prepotentemente. —Sara, no te esperaba tan temprano me imagino que tienes problemas de dinero sabía que ibas a volver, una mujer tan ambiciosa como tú no puede estar sin dinero, debes sentir que estás cayendo a un abismo muy hondo sin fin de el que no puedes salir, pero como una vez te dije yo estoy disponible para ayudarte y sacarte de la miseria a la cual tus decisiones que no son para nada las mejores te están llevando—ella me habla reprochándome y llena de burla como si disfrutara y fuera satisfactorio cada una de sus palabras que me dice. —Sabes no vengo a eso, quiero pedirte que no te vuelvas a cruzar en mi vida no quiero saber nada de ti desaparece, esfúmate de mi mundo no quiero ni un solo rastro de ti, no te voy a permitir entorpecer mi camino y sabes que hago cuando alguien como tu me daña todos mis planes, yo misma con mis propias manos te saco del camino—La miro de pies a cabeza minimizando con mi mirada, haciéndome ver superior a ella. —Me haces reír siempre con tu sentido del humor, acaso no te das cuenta quien soy yo, a mi ninguna pobretona que quiere aparentar ser millonaria me va venir a dar órdenes porque yo soy la que las da y no tengo tiempo para escuchar a una muchachita caprichosa así que largo estoy muy ocupada no pienso perder más tiempo—Ella me aplaude y luego comienza a manotear con mucha irritación. —¿Qué escondes?—le gritó abiertamente. —No creo que a ti te incumba lo que pase en este lugar, te voy hacer una advertencia no te vuelvas un obstáculo porque te puedes tropezar y te lastimas, y no sabes cómo disfrutaría ver eso —Ella sonríe fríamente. —Manuel —grito, y comienzo a caminar rápidamente por todo lado lanzando lejos todo lo que encuentro por donde camino de una manera descontrolada. —Me diviertes mucho Sara, actúas como una niña ingenua e inexperta la cual está siendo lastimada por personas malas, no pobre niña me da tanta lastima —ella habla con mucho sarcasmo y sus palabras tienen mucha desfachatez. —Si, tienes razón no soy ninguna niña indefensa, por el contrario soy una mujer muy inteligente y esto segura que eso te asusta, porque tu en el fondo eres frágil y débil, y te puedo asegurar Débora que cada una de las palabras que te digo las hago cumplir como sea no me importa nada, no tengo limites. —Me acerco hacia ella y lanzó mi saliva en su cara, ella baja la cabeza inmediatamente y suspira muy duro. —Eres una insignificante y nada mas, se lo que buscan las mujeres ambiciosas como tu solo el dinero les importa y sé que en algún momento te vas equivocar y tus planes fallaran lo disfrutare tanto cuando eso pase, y otra cosa querida piensa muy bien con quien te vas a involucrar porque te puedes arrepentir de cualquier mal movimiento que hagas, te lo hare pagar muy caro. —Mueve sus cabello y levanta las cejas. —La advertencia viene por Manuel, en el momento que yo lo desee él va estar a mis pies haciendo lo que yo quiera, se le nota que le gusto disfrutare tanto cuando hagamos el amor porque él debe ser muy buen amante, le hare que se olvide de todas las mujeres solo tendrá ojos para mí. —Comienzo a reír Débora me jala del brazo y me lanza fuerte hacia el suelo, me levanto y comienzo a correr hacia las habitaciones buscando a Manuel, tiró puerta por puerta y en ninguna está él miró hacia atrás y veo que está Débora caminando lentamente siguiendo mis pasos, abro la última puerta y no veo a nadie, siento rabia porque yo sé que él está en este lugar, repentinamente volteo a mirar hacia atrás y los veo besándose muy apasionadamente, mis manos comienzan a temblar camino rápidamente para salir de este lugar cruzó por al lado ellos y me paro al frente de cada uno, Débora comienza a reír y Manuel agacha su cabeza y desvió su mirada, camino hacia la puerta para salir de ese lugar tan repugnante abro la puerta y la lanzó muy fuerte. Camino muy preocupada y pensativa hacia mi apartamento, no se cuales puedan ser los alcances de Débora, pero de una cosa estoy segura no voy a permitir que altere mi objetivo, comienza a llover muy fuerte caen truenos y rayos mi cuerpo se moja completamente y mi cabello comienza a escurrir agua de repente mis ojos comienzan a enlagunarse y las lágrimas caen muy rápido mientras mis ojos se colocan de color rojo intenso como una rosa, mis parpados comienzan a cerrarse lentamente mientras mis pestañas botan el rímel n***o, cierro mis ojos completamente y me lanzo de rodillas sobre la calle, bañada totalmente por mis lagrimas, con mis ojos entre abiertos veo que un hombre viene caminando hacia mi, pero no tengo fuerzas para levantarme jamás me había sentido tan derrumbada siempre las personas ceden a mis peticiones, pero me afecta mucho que este no sea el caso levanto mi rostro y veo a Sebastián como siempre él se aparece en mi vida como un ángel, él me toma del brazo y coloca sobre mi cuerpo su abrigo me abraza suavemente tomándome de la espalda y me cubre con su paraguas para que no roce sobre mi mas lluvia, caminamos lentamente sin pronunciar ni una sola palabra mis manos tiemblan, Sebastián coloca una de sus manos sobre la mía y traspasa calor a mi cuerpo inmediatamente comienzo a sentir una sensación diferente algo único y muy sincero llegamos a mi apartamento saco las llaves de mi bolso se las paso a Sebastián y él abre la puerta me toma de mi mano muy tiernamente y entramos me lleva hacia mi cuarto y acuesta en la cama y sale de la habitación, me levanto de la cama, me desnudo y me seco todo mi cuerpo con una toalla camino desnuda hacia el closet y tomo una sudadera y un abrigo y me los coloco, me acuesto en la cama y cubro mi cuerpo con una manta caliente, escucho que tocan la puerta y contesto con voz muy fuerte ¡Sigue! Sebastián entra y me mira fijamente sonríe y noto en sus ojos un brillo hermoso jamás había visto una mirada tan buena y sincera como la de él, se acerca hacia mí y lleva en su mano una taza de té caliente estiro mi mano y la tomó apretándola con mis dos manos temblorosas lo miro a los ojos y le sonrió. —Sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras verte llorar me hace sentir muy mal, es como cuando a una rosa la despojan de cada uno de sus pétalos y no la admiran como debe ser siendo un ser lleno de belleza en todo el sentido y hacen lo contrario destruyéndola y marchitarla por completo sin darle la mínima posibilidad de brillar —él me habla muy tiernamente y sus ojos brillan particularmente. —Gracias, eres muy buena persona siempre tienes las palabras indicadas para todo, pero no me pasa nada solamente a veces siento frustración por la vida que llevo siento que merezco más de lo que tengo no puedo conformarme con tan poco. —Bajo mi cabeza y centro mi mirada en el suelo. —¡Sara! tienes todo eres una mujer muy bella e inteligente, jamás había visto tanta belleza en una mujer eres completamente perfecta y sabes que es lo más interesante en ti que eres muy única. —Él me mira el rostro se acerca hacia mi y me abraza fuerte. Lo miro a los ojos, tomo su mano y la acarició sensualmente con la mía subo mi brazo y con la otra mano rozó sus mejillas, me acerco hacia él muy despacio y le susurro al oído unas palabras, siento el latido de su corazón acelerado, su cuerpo tembloroso y su respiración acelerada bajo la mirada y me acerco muy despacio él hace lo mismo nos miramos a los ojos y siento magia como si una explosión de chispas estuviera pasando sobre mi pegamos nuestros labios y nos juntamos cada vez más dándonos un beso inclinado muy tierno, rozando mi piel con la suya. —Sebastián, perdóname esto no puede volver a suceder, espero entiendas —le hablo muy contundente con cada una de mis palabras. —No entiendo nos besamos Sara, tu sabes que me gustas mucho creo que soy muy obvio no puedo evitar mirarte de la forma que lo hago, desearte completamente soñar teniéndote conmigo y no lo digo solamente sexualmente porque no te veo como un objeto que solo se utiliza para satisfacer, por el contrario eres mucho más que eso una mujer muy valiosa —él me habla con tanta bondad y amabilidad que lo caracteriza. —Quisiera ser esa mujer que sueñas tener, pero lamentablemente no lo soy y no lo puedo llegar hacer, tu eres un muy buen hombre en otro momento de mi vida pudiste haber sido el hombre perfecto para mi vida, pero este es otro instante del cual ni yo se que rumbo voy a tomar con mis decisiones y si no son las correctas prefiero hundirme sola y no atarte a mi. —De mis ojos caen lágrimas. —En tu mirada hay nobleza la cual quieres esconder, no se porque demuestras algo que no eres Sara eres una mujer muy fuerte y respeto tu opinión se que no tengo el perfil del hombre que llena todas tus expectativas, pero no lamento eso no te voy a dejar sola en ningún instante, dicen que el amor no debe ser egoísta y créeme que el mío no lo es al contrario soy capaz de sacrificar todo por ti —Me sonríe lleva su mano hacia su rostro tapándolo y aprieta su mano. —Se que seremos buenos amigos. —Trato de sonreír, pero mi rostro demuestra tristeza y rabia hacia mi misma. —Claro que sí. —Él levanta mi mano, la lleva hacia su boca y la besa con sus labios calurosos y suaves. Sebastián se levanta y se va sin decirme una sola palabra más. Siento que mi mundo se está derrumbando completamente él es un hombre maravilloso, no merece a una mujer tan fría y sin corazón como yo, pero aunque sea solo de amigos lo tendré cerca y lo sabré aprovechar muy bien porque él no va ser feliz con Cristina antes prefiero verlo solo es más con ninguna mujer se vería mejor me sirve mucho para distraerme.
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