Levantó su cuerpo con mucha fuerza, y lo colocó sobre mis piernas, mientras mis manos tiemblan del nerviosismo tan grande que tengo, jamás había sentido tanta adrenalina, no puede ser y ahora qué hago, pensar es lo que debería hacer, pero mi mente esta completamente bloqueada, agacho mi cabeza y la coloco sobre su pecho, él tiene la respiración muy acelerada, no se que hacer, porque esto me tiene que suceder a mi, y si se muere, dirían que fui yo, podría terminar en una cárcel, tengo que buscar ayuda, pero no puede ser Sebastián lo perdería para siempre, y Manuel aunque no me produce confianza, era el único que podía ayudarme, pero es un idiota cobarde, le huye tanto a la ley. Comienzo a requisar todos los bolsillos de las prendas que lleva puestas, y en su abrigo está su teléfono, lo sa