Amargura, tristeza, soledad, rencor...
Es lo unico que sentia en mi interior todos los años en esta puta fecha en particular cuando era una adolescente.
Con lagrimas en los ojos presencie muchas veces como los sueños e ilusiones de las demas niñas se volvian realidad, pero las mias no.
Pero ahora...
Aun me siento igual de amargada, deprimida, resentida y envidiosa de todas esas mujeres que alguna vez recibieron un espectacular ramo de rosas o recibieron regalos, pequeños o grandes en san Valentin o en alguna ocasion especial.
Y eso es porque se que nunca tendre eso y me duele en el alma, pero ahora sufro mucho en mi mansion.
Recibí la inspiración para las subastas hace tiempo gracias a un chico apuesto quien contaba poco dinero para regalarle en San Valentin un gran presente a su novia de turno.
Yo conocía a algunas chicas desesperadas por una cita.
Incluso las escuche decir que pagarían por salir con tal de tener una chica con un chico apuesto.
Ahi es donde entré yo cuando ví la oportunidad de un lucrativo negocio.
"Todo está listo."
Mi coordinadora del evento de esta madrugada me indica.
"Muy bien, daremos inicio enseguida."
Termino de golpe mi whisky antes de dar un ultimo vistazo al mentiroso espejo.
"Espejito, espejito, dime una cosa..."
Imito la línea de la bruja malvada de un cuento de hadas quien tambien está desesperada por ser la más hermosa.
"Quien es la más hermosa de este reino?"
El espejo me devuelve el reflejo de una mujer diferente a la que era hace tantos años, cuando era solo una chiquilla tan fea.
"Por supuesto que yo."
Susurro en respuesta antes de cerrar al puerta de mi vestidor personal.
"Damas, bienvenidas a esta venta especial."
Mi voz una vez mas resuena en esta habitación a traves del micrófono inalámbrico.
"Ustedes ya tienen en sus manos las fotografias de los bienes a subastar esta madrugada."
"El trato es el mismo que en todos los anteriores..."
La luz del poderoso reflector me impide mirar hacia donde están sentadas las impacientes mujeres interesadas tan ansiosas como yo.
"Solo tienen veinticuatro horas de este día para disfrutar de sus amantes."
"Damos inicio con Damon!"
El reflector cae sobre el apuesto joven de unos veintitantos años quien lleva puesto solo un boxer oscuro, mostrando todo su glorioso y marcado cuerpo tatuado mientras camina de forma confiada hasta llegar a su lugar indicado.
Las paletas de algunas mujeres se levantan mientras gritan las elevadas cifras que ofrecen por la "mercancía."
"VENDIDO!"
"Señorita, puede reclamar su compra en el mostrador más cercano y salir en este mismo instante de la propiedad."
Indico a la emocionada mujer.
"Sigamos con Matt!"
Aparece el nuevo muñeco de carne a subastar, por lo que las mujeres levantan sus paletas para ofrecer su dinero.
Muy cerca de las seis de la mañana, la subasta termina por fin.
"Fue buena la venta esta madrugada?"
Cuestiono a mi coordinadora y contadora quienes estan en mi oficina, revisando las ganancias entre ambas.
"Tan buena la venta y las ganancias de este dia!"
"En esta fecha en especial esas mujeres quieren lo que ofreces."
"Y los chicos ansian el dinero que ganan con estás subastas, pero..."
No, no volveremos a comentar eso nunca más por lo que niego ante mi contadora.
"Si aprecias tu trabajo y mi amistad no dirás nada más, de acuerdo?"
La chica deja de hablar mientras hace una mueca con su boca y empuja sus lentes de diseñador sobre el puente de su nariz delicada para volver a concentrarse en su trabajo.
Cuando vemos el total de ganancias, las tres sonreimos porque somos un poco más millonarias ahora!
"Quieres acompañarme a almorzar?"
Invito a mi coordinadora de eventos.
"Gracias, pero tengo una cita para desayunar con un apuesto hombre."
Mi cara de asombro es mayuscula pues ella se rie de mi de forma sonora.
"En verdad?"
"Felicidades!"
Felicito de mala gana a la chica quien encantada me presume la foto del imbécil con el que saldrá a almorzar.
"Te veré en la próxima venta!"
Grita ella feliz cuando corre a la salida de mi mansion para encontrarse con ese idiota que maneja un auto de lujo que viene por ella...
Suspiro mirando a mi alrededor.
No tengo a nadie, salvo dos doncellas y un ama de llaves.
En fin, yo si tengo hambre y quiero desayunar de inmediato.
-Sigame por favor, su mesa ya está esperandola-
El amable hostess me muestra el camino hacia mi mesa favorita y privada en este, mi restaurante favorito.
"Gracias."
Agradezco sin dejarme intimidar por la masculina presencia de este guapo hombre.
Evalúo su físico, altura, porte, cara y presencia.
Este hombre tiene lo que necesito para ser vendido a la mejor postora.
Pero todavía no nos adelantemos.
-Enseguida traeré sus platillos-
Destapa la botella de fina champaña, llena una copa hasta la mitad y sonríe antes de retirarse.
Si, definitivamente es material de venta.
Degusto mi comida sin prisa alguna mientras miro las actualizaciones e historias de mis recientes clientas satisfechas.
Las selfies y videos con sus hombres, en las cuales lucen totalmente enamorados, como un romance instantáneo de novela, no dejan de aparecer en sus populares r************* .
Quien diría que ellas, siendo tan exitosas, hermosas y millonarias serían tan desafortunadas en el amor como yo?
-Su postre-
El hombre que me ha atendido deja la maravilla deliciosa frente a mi junto con mi café.
"Gracias encanto."
Guiño mi ojo hacia el hombre quien sonríe de forma espectacular.
Si yo fuera la misma de antes...
Antes de todas mis cirugías, ese hombre no me vería dos veces.
Mucho menos me sonreiria de forma tan "especial."
Cuando termino mi desayuno, pido la cuenta, pero antes, detengo al hostess.
"Manejo un negocio para el cual estás calificado."
Comienzo diciendo.
"Tienes todo lo que se necesita y solo es por un día entero."
"Prometo que ganarás mucho más que en todo un año de duro trabajo en este lugar."
"Más propinas."
Deslizo un billete de alta denominación por todo el torso musculoso y desgarrado de este hombre quien me mira con ojos de deseo.
"Nada s****l a menos que tu lo permitas."
Coloco mi tarjeta en el bolsillo del pantalón del hombre, acariciando un segundo se evidente y caliente erección.
"Si te interesa satisfacer a una dama, llámame."
Sin darle tiempo de contestarme, me marcho de este lugar haciendo resonar mis zapatillas de tacón contra el piso.
Varios pares de ojos masculinos me siguen sin pudor alguno.
Los hombres son tan básicos y visuales.
Y nosotras tan complicadas y sentimentales...
Cuando llego a mi mansión para descansar, noto algo raro.
"Alguien está aquí para verme?"
Detecto una loción masculina en el ambiente de mi casa y eso es impensable!
"Un hombre llegó un poco antes que usted señora."
Me indica mi ama de llaves quien está en el jardín junto con las doncellas.
"Nos apuntó con un arma y no pudimos evitar que entrara a la casa."
"Dice que la conoce..."
Maldita sea!
Nota mental para misma.
Implementar más seguridad en mi mansión y contratar a un guardaespaldas para que me proteja!
"Esperen aquí un momento."
"Yo iré a ver quien demonios se atrevió a infiltrarse en mi casa!"
Me quito los altos tacones porque estoy dispuesta a usar uno de ellos como arma contra el molesto intruso.
-Vaya que tienes una buena vida ahora-
Esa voz!
"Tu?"
"Pero que haces aquí?"
El hombre da la vuelta para enfrentarme y todas mis inseguridades y complejos vuelven a salir de mi interior.
Frente a mi está el primer chico que subasté cuando era una niña.
"Como es que me encontraste?"
"Que mierda quieres ahora?"
El hombre sonríe de lado antes de acercarse a mi.
"Quieres volver a ser subastado?"
Mi mercancia masculina pasa por muchos pruebas mentales y de salud antes de ser ofrecidos en la subasta, pero puedo hacer una excepción con él.
Por lo viejos tiempos.
-No-
-No quiero volver a ser subastado a cualquier mujer-
Lástima, tenía potencial como sugar daddy, en fin.
"Bueno, pues no tengo tiempo para socializar contigo ni para recordar viejos tiempos."
"Lárgate de mi casa y no te atrevas a..."
Detengo mis palabras cuando él me apunta con el arma en el estómago.
-Es mi turno de devolverte el favor que me hiciste antes-
No comprendo sus palabras, pero no me da tiempo de cuestionar nada pues su brazo rodea mi cintura con fuerza par atraerme hacia él.
"Suelta...me...suel...suelta..."
Intento pelear en vano contra él pues su boca se adueña de la mía, saqueandola y poseyendola de forma dura y caliente.
El bastardo me acaricia con su arma, antes de colocarla contra mi cabeza.
-Quiero poseerte de formas sucias...-
-Te resistirás?-
Respondo que no porque no puedo negar con el arma apuntadome a la cabeza.
-Perfecto-
El arma sale volando fuera de su alcance antes de que este maldito hombre reclame de nuevo mi boca como si le perteneciera.
Sus manos desgarran mi vestido de diseñador para dejarme desnuda.
-Veo que has cambiado con los años...-
El imbécil mira con hambre mi cuerpo.
Sus ojos se deslizan por toda mi piel desnuda, quemandola, tatuandola con su nombre.
-Tan húmeda...-
Sus asperos y gordos dedos se deslizan sin delicadeza alguna contra mi entrepierna excitada que me traiciona en este momento.
-Nena, te voy a comer tan bien-
Y es lo último que dice con palabras coherentes porque, colocandome sobre el sillón se dedica a comerme con su boca y lengua.
Aprieta mis senos juntadolos mientras que mordisquea mis pezones haciendome gemir de placer.
Su lengua se desliza por todo mi torso suave hasta que se coloca en medio de mis piernas para darme un orgasmo vía oral.
Su lengua tan experta me tortura de forma perfecta, sensual, caliente, deliciosa!
Arqueo mi espalda mientras mis caderas se bloquean y mis manos toman con fuerza el cabello corto de este hombre cuando el impacto del fuerte orgasmo palpitante me inunda por completo.
-Deliciosa tu venida-
El maldito sonríe engreído mientras se levanta limpiándose restos de mi venida que manchan su mentón.
Quitandose la ropa en tiempo record, coloca su masivo cuerpo sobre mi para entrar en mi con una sola embestida fuerte.
Delirante y fogosa, rasguño la espalda de este hombre cuando comienza a penetrarme de forma dura.
-Ven aca-
Me carga con facilidad para que ahora este sentada a horcajadas sobre él.
-Maldita seas-
Gruñe mientras me muerde el hombro.
Su agarre a mis manos contra mi espalda me impiden hacer algo cuando él se impulsa con fiereza, estrellando su pelvis dura y caliente contra mi trasero.
-Me encanta como rebotan tus tetas-
Susurra el malnacido quien me está haciendo gritar de placer.
"OH DIOS!"
"OH DIOS!"
Todo mi cuerpo tiembla y grita porque el placer es intenso, INTENSO!
-Eres mia-
Reclama su pertenencia el hombre.
"No, no lo soy."
Me atrevo a contradecirlo.
Y me gano que me de vuelta para ponerme en cuatro y darme unas nalgadas que me hacen gritar.
-DI QUE ERES MÍA!-
Grita despues de azotarme varias veces.
"SOY TUYA!"
Satisfecho con mi contestación, el bastardo vuelve a penetrarme mientras sigue abofeteando mi trasero.
Mis gritos son agudos porque siento que...
Siento que...
"AAAAAAHHH!"
Mi cuerpo se retuerce por completo porque un nuevo orgasmo me golpea de forma CALIENTE Y DELIRANTE.
El hombre me embiste dos veces más antes de derramarse en mi interior mientras gruñe su liberación.
Sudados, jadeando y extremadamente felices, los dos compartimos un pequeño beso antes de que tome su camisa para cubrir mi cuerpo.
-Satisfecha?-
Me cuestiona el hijo de puta que me folló tan bien el cabrón.
"Mucho."
Cuando termino de realizar su transferencia bancaria desde mi celular me dejo caer en el sillón para descansar.
"Este San Valentin fue increíble."
"Pero tenías que usar una pistola para entrar?"
Cuestiono a mi hombre.
-Nena, tengo que representar un papel, recuerdas?-
Ah, es cierto.
"Saludame a tu esposa de mi parte y a tus pequeños."
Él dice que lo hará mientras se viste de nuevo, sin camisa esta vez.
"Que excusa le das a tu mujer para venir a verme?"
Cuestiono intrigada.
-Digo que tengo una subasta muy importante la cual debo dirigir-
Su respuesta me hace reír.
"Hasta la siguiente fecha especial, mi amor."
Ambos nos despedimos por este día.
Yo satisfecha y él con dinero.
-Por cierto, esta vez te traje un obsequio-
Comenta mi hombre.
Hum?
Un obsequio para mi?
Mi ama de llaves y mis doncellas entran para entregarle los regalos a mi hombre.
-Se que nadie antes te ha regalado nada y por eso quiero ser el primero en hacerlo-
Mis ojos se llenan de lágrimas cuando veo que ellas sostienen flores, chocolates, globos de corazón y osos de peluche.
"Gracias."
Susurro antes de que se marche.
"Ese hombre la ama."
La estruendosa y sincera risa que sale de mi boca por la suposición de mi ama de llaves contagia a todas las demas quienes tambien se ríen.
Ingenuas.
El amor no existe, solo se subasta.
Y yo compre el mío hoy.
***By Liliana Situ***
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