Empujo a Ethan por el hombro y después tapo mi boca con mi mano mientras río con fuerza. Observo al perro guardián que me mira con el ceño fruncido, pero con una tierna diversión brillando en sus ojos.
— Es lo más ridículo que he visto, ¿vampiros que brillan? ¿Qué tan estúpido es eso? — Lo piensa por un segundo —. No, lo más ridículo es que sean vegetarianos. ¿Vampiros vegetarianos? — Sacude la cabeza —. Lo único que faltó fue que les pusieran alas para volar.
— Vamos, en realidad la película no es tan mala — le lanzo unas cuantas palomitas de maíz que habíamos hecho antes y él las atrapa con su boca.
— Es lo que le sigue a malo — comenta mientras mastica.
— Pero tienes que aceptar que Edward está bueno.
Ethan detiene poco a poco su masticar mientras me mira con ojos entrecerrados.
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