La expresión en la cara de Ava dejaba ver que se encontraba completamente aterrorizada. —Ah no señor, sobre eso si he escuchado en varios programas, de ninguna manera saltaré desde lo alto, aún conservo todos mis tornillos bien puestos en mi cerebro, eso aún me permite pensar cuerdamente. —Ja, ja, ja, ósea que todos nosotros no estamos cuerdos. —A Mateo le causo gracia su respuesta. —No lo sé, pero me parece. —No quería parecer grosera, simplemente estaba siendo sincera respecto a lo que pensaba sobre ellos. Minutos después, Ava se encontraba con el arnés puesto. —No se como es que han logrado convencerme. —Definitivamente Mateo y sus amigos tenían un gran poder de convencimiento. —Saltaremos también en tándem, así que sujétate de mí fuertemente. Le dijo Mateo justo antes de salt