Poco después bajaron para desayunar, Mateo ordenó a Máx que subiera al auto sus maletas, el chofer no estaba de acuerdo de que su jefe y la chica viajarán solos tantas horas por carretera sin vigilancia. —No te preocupes, Máx. se cuidarme perfectamente, no pasara nada, regresa en el helicóptero a casa. —Su abuelo no estará de acuerdo, es seguro que hará que regrese de inmediato por usted y la señorita Ava. —Conocía a Guido a la perfección, sabía que se disgustaría con él por dejar a su nieto. —Tienes razón, mejor quedate en tu departamento, no te presentes en la mansión. —Mateo pensó que era lo mejor, así evitaría un gran disgusto a su abuelo. Máx se dio cuenta que era inútil insistir, conocía muy bien a su jefe y sabía que no podría hacerlo cambiar de opinión. Cuando terminaron el de