Ava no le respondió, había puesto de nuevo su atención en la pista, las chicas desataron al chico, al quitarle la venda de los ojos quedó con el antifaz, lo acompañaron hasta su mesa, se veía exhausto, la chica recordó que así se sintió ella después de aquella experiencia. Mateo le ofreció una copa, estuvieron así por un rato, entre charla y copas, Ava notó que las personas de las mesas contiguas se fueron retirando poco a poco, hasta que ya casi no quedaba nadie en aquella sala, sólo algunas personas que estaban aún sentados en la barra. —¿A dónde fueron todos? —Preguntó desconcertada. —Esta área es solo donde se conocen las personas, algunas vienen en parejas otras no, después se van a seguir la noche en las habitaciones que se encuentran sobre ese pasillo. —¡Oh! Salgo una vez a dive