Infiel

PROTAGONISTAS: Katerina Amado y Aidan O’Sullivan. Padres de él: Donall y Ciara O’Sullivan. Padres de ella: Tomas y Matilde Amado. ANTAGONISTAS: Inés Pereira y Camilo Ferreira. Padres de Camilo. Padre muerto y madre: Leonor Ferreira. Hermana menor de Camilo: Margarita Ferreira. Hermanos: Timoteo y Paulo. ✧･ﾟ: *✧･ﾟ: * KATERINA *: ･ﾟ✧*: ･ﾟ✧ Soy Katerina, tengo veinte años, mis padres son personas honorables dentro de la sociedad, no sé mucho del mundo porque mi madre es muy religiosa y dice que todo lo que hay afuera es pecado. Me prohíbe salir al jardín y tengo que usar ropa holgada porque si muestro mi figura hago pecar a todos los hombres que me ven, incluyendo a mi padre y hermanos, que son dos, ellos están casados y viven en el extranjero. Mi país es Portugal, pero si me preguntan sus paisajes o las plazas, ni siquiera conozco mi vecindario. Este fin de semana cumpliré veinte años, y como todos los años, pasa desapercibido, a veces siento que soy un fantasma en esta casa. Ellos dicen que todo es por mi bien, los días pasan y mi cumpleaños también, una de las sirvientas que ha estado con nosotros desde que tengo memoria me ha regalado un hermoso peluche, el cual atesoro. Me dedico a ver por la ventana de mi dormitorio, veo las personas pasar por la acera de mi casa, veo las parejas ser cariñosas, que envidia. —Hija, quítate de esa ventana, das mal aspecto. —Como digas, madre. —No es bueno que te vean, darás una mala imagen, el día que te cases, tu esposo será el primer hombre en verte. —Madre, ¿Cómo me casaré, si no conozco a nadie? —Tu padre se está encargando de eso, tú simplemente pórtate bien, cuando esté el candidato te lo diré. Ella revisa mi dormitorio, no sé qué es lo que busca, mis cosas son pocas, no poseo maquillaje ni adornos del cabello, siempre estoy con un moño desordenado. Ella me mira y me pone a rezar, es algo a lo que estoy acostumbrada, siempre una mujer viene a darme las clases que necesite, no sé leer ni escribir, mi madre dice que no es necesario. Entre más ignorante sea más apreciada por mi esposo seré. He aprendido a bordar, a cocinar y doblar la ropa de hombre, tengo que vivir para mi esposo, su voluntad es la mía. Estoy aburrida de todo esto, quiero salir y caminar por el pasto, ver las flores, platicar con personas, algo que sé que es un sueño. Mis hermanos son igual que mis padres, sus esposas no tienen voz ni voto, hay que permanecer en silencio todo el tiempo. — Señorita, sus padres salieron, le traeré su comida a la habitación. — Gracias. Es extraño que mi madre haya salido, no me dijo nada, aunque no me extraña, raras veces sé nada de lo que pasa en esta casa. Al comer, me acuesto, he bordado varias bufandas y suéteres. Hice una hermosa camera, tengo tanto tiempo que mejor me pongo a tejer. Estoy por acostarme cuando mi madre entra a la habitación y enciende la luz. —Hija, levántate. —¿Qué pasa madre? —Te traigo muy buenas noticias. —¿De qué se trata? —¡¡Ya tienes prometido!! —¿Qué? —Mañana vendrá para formalizar el compromiso, quiero que uses este vestido, no muestra mucho. —es un vestido n***o, cuello alto y me llega a los tobillos. —Mami, mejor elijo el de color rosado pálido, es el mismo estilo, solamente el color es un poco más alegre. —¿Qué quieres? Te volviste loca, quieres que ese hombre piense lo peor de ti, no sabes lo que ha hecho tu padre para que este compromiso se realizara. —Perdóname, no lo medite bien. —Ya sabes, no debes hablar a menos que tu futuro esposo te pregunte algo, debes ser moderada al hablar, no digas nada que nos avergüence. —Haré lo que dices. —Buena chica, serás una buena esposa. Después de que mi madre se fue, me emocione mucho, no lo conozco, pero solamente de imaginarme pasear por las calles de su mano, salir a lugares espectaculares en compañía de mi esposo, e irme a vivir a otro sitio, es emocionante. Me acosté y el sueño no llego, al ver entrar la claridad por mi ventana me puse de pie, me bañé y me vestí. —¿Ha madrugado, señorita? —Sí, quería estar lista. —Déjeme ayudarle con el cabello, lo tiene demasiado largo y sin forma, lástima que su madre no permite que se lo arregle. —Eso ya no importa, porque me voy a casar. —¡¡En serio!! ¿Quién es el afortunado? —No lo sé, pero estoy feliz, hoy lo conoceré, ya quiero casarme y viajar junto a mi esposo. —Me alegro por usted. —Date prisa, no quiero que venga mi madre y todavía no esté lista. —¿Usted eligió ese vestido? —No, fue mi madre, dice que debo estar decente ante mi prometido. —No importa, usted es hermosa. —Gracias… — desayune y me senté en la cama a esperar que mi madre fuera por mí, el tiempo pasa, me arreglaba a cada momento el vestido, quería estar impecable, mi espalda no puede seguir derecha. Espero por el lapso de seis horas, mi madre no llega a mi dormitorio, la ansiedad y los nervios me estaban matando, se me venían muchas interrogantes a la cabeza, ¿él no vendría? ¿Se rompería el compromiso? Estoy por volverme loca cuando la puerta se abrió. —¿Estás lista? —mi madre me ve de pie a cabeza. —Sí, madre. —Ya sabes, tu cabeza siempre de manera de humildad, no lo veas a los ojos, no hables si no se te pide. —Eso haré. Camine detrás de ella, mis manos sudan, al llegar a la sala de la casa, veo la espalda de un hombre, trato de no emocionarme, pero me está siendo imposible. Mi padre me mira y con los ojos me da indicaciones, me siento a su lado, viendo los zapatos del hombre que es mi prometido. Mi curiosidad me está ganando, lo escucho hablar, su voz es autoritaria. —Ella es Katerina, mi tesoro. —Mucho gusto Katerina, mi nombre es Camilo. —¡Camilo! —Ella es toda una ama de casa, será su perfecta esposa, está bien educada. —Eso es bueno, la trataré bien. —me emociono mucho al escucharlo decir eso. —Habrá un contrato. Mi hija será la seguridad de que ese contrato se cumpla. —Desde luego, eso lo tengo claro. —no entiendo de que están hablando. No me importa, lo que quiero es conocer a mi futuro esposo, levanto un poco la cabeza a modo que mi padre no se dé cuenta, al verle el rostro, me quede maravillada, es un hombre muy guapo, más que mis hermanos. Vuelvo a agachar la cabeza, estoy sonriendo, porque estoy enamorada de él. Seré la mejor esposa. —Entonces no habrá ninguna ceremonia, solamente firmaremos el contrato de matrimonio. —Excelente, no hay problema con eso. —Entonces mañana mismo traigo el abogado y hacemos el trámite. —Tendré todo listo, fue un gusto hacer negocios con usted señor Camilo. Él se dio la mano con mi padre y se marchó, mi madre me toma de la mano y me lleva al dormitorio, me siento en la cama, su rostro se me quedo grabado, ya quiero ser su esposa. Mi madre está sacando mi ropa y mis cosas, las coloca sobre la cama. —¿Qué haces madre? —Tenemos que elegir los vestidos que usaras, no quiero que te veas descuidada. —Madre, me gusto mi prometido. —¿Qué has dicho? ¿Lo has visto al rostro? Eres una impura. —siento la bofetada en mi mejilla—Te dije que no lo fueras a ver. —Solamente escuché su voz. —Ah, eso, no debes ser imprudente, a los hombres no le gustan las mujeres ruidosas, cuando estés en la cama con él no te muevas ni hagas ruido, soporta, que no duran mucho. —¿El que madre? —Es algo que los hombres les hacen a las mujeres, tú soporta y no te muevas. Eso no me quedo claro, pero no me importa, con tal de irme de la casa y conocer mi nuevo hogar. La ropa me cupo en una sola maleta, solamente un par de zapatillas, y esas las llevo puestas, pasamos repasando mi comportamiento ante mi futuro esposo, de cómo tenía la obligación de atenderlo, que, aunque hubiera empleados en la casa, yo debía servirle y arreglarle su ropa. Al día siguiente espere dentro de mi habitación, tengo muchos nervios, mi madre estaba tardando de nuevo, espere y al final fue mi padre quien llego por mí, entro a la habitación, su mirada dura a la cual tengo que humillarme. —Hija, no hagas nada que me ofenda. —Obedeceré, solamente hablaré si me lo pide. —Exacto, debes soportar, en nuestra familia no existe el divorcio, los hombres pueden hacer lo que les plazca, tú debes callar y no ser una mujer revoltosa. Lo escuché, sin decir nada, eso siempre me lo dicen, pero siento que nada de lo que me dicen pasará, sé que él aprenderá a amarme. Mi madre eligió una falda larga y una blusa manga larga, dos medidas mayores que la mía. Mi padre me dice que lo siga, vamos a su despacho, ahí hay un hombre mayor, él me dice dónde poner mu huella, ya que no sé escribir. —Todo está legal. —dice ese hombre, mi prometido no está aquí. —Muchas gracias, por su buen trabajo. —mi padre me sube a un auto y le dice al chofer que me lleve a una dirección que le dio. Él no vino por mí.