—Bien, estoy cansada de peder el tiempo—rompo mi vestido hasta la mitad de mis muslos—¡ahora muere!—grito y me lanzo a él.
Narradora
Kagome se lanza hacia Inuyasha, pero en ese momento hace aparecer una espada, gracias a los reflejos del hanyou pudo sacar su espada a tiempo para detener el ataque de Kagome.
—¡Estás loca mujer!—grita un muy enfadado Inuyasha.
—¡Cállate sucio híbrido!—grita Kagome al tiempo que purifica la espada de Inuyasha haciendo que esta se convierta en una simple, vieja y oxidada espada. Kagome aprovecha este momento para atacar a inuyasha moviendo la espada como si fuera un simple abanico lo que causó que hiera a Inuyasha en el hombro izquierdo.
—¡Inuyasha!—grita nuestro moje pervertido favorito, corriendo para socorrer a su amigo medio demonio.
—Cuidado Miroku, no la subestimes—advierte Inuyasha sintiendo su hombro arder.
—Así mismo monje, no me subestimes—Kagome ríe maniaticamente lo que causa miedo, preocupación y escalofríos en todos los presentes—puedo llegar a ser tu peor pesadilla.
—Señorita Kagome—Miroku da un paso adelante—usted es un alma bondadosa, buena, cariñosa, en su corazón no cabe la maldad, todo lo que Naraku le haya dicho es mentira—le dice el moje miroku tranquilo, pero lo que el monje no sabía es que Kagome solo lo estudiaba en silencio.
Narra Miroku
Al ver a Inuyasha herido no dude ni un solo segundo en ir a su rescate.
—Cuidado Miroku no la subestimes—es lo que me dice Inuyasha y yo paro mi paso.
—Así mismo monje no me subestimes—ella sonríe, pero no era aquella cálida sonrisa llena de vida, fue una retorcida y maníaca lo cual me me lleno de miedo, preocupación y sobre todo me dio escalofríos—puedo llegar a ser tu peor pesadilla.
—Señorita Kagome—doy un paso adelante siendo muy precavido y cauteloso—usted es un alma bondadosa, buena, cariñosa, en su corazón no cabe la maldad, todo lo que Naraku le haya dicho es mentira—trato de hacerla entrar en razón y creo que lo logré.
—Monje, monje, monje—o al menos lo pensé hasta ahora, Kagome aplaude y ríe sin gracia—ser tonta te ser hace calculadora, ser débil te hace ser fuerte, y ser buena te hace ser mala, así que no trates de hacerme ver cosas estúpidas.
—Señori...
—las palabras se quedaron en el aire cuando Kagome me ataca, tuve que correrme a un lado justo a tiempo para que ella no pudiera herirme.
—¡Maldito monje deja de esquivarme!—me grita enfadada.
—Lo siento, pero no pienso morir—es lo que digo para esquivar sus ataques nuevamente. Inuyasha aprovecha y se lanza a ella agarrando sus brazos en la espalda.
Narra Sango
—Kagura maldita—grito para atacar con mi hiraikotsu, pero ella tal parece que se esperaba mi ataque ya que lo esquiva.
—Eres tan ridicula—Kagura ríe—danza de las cuchillas—Kirara esquiva todas las cuchillas a tiempo para que no me corten.
Lanzo mi hiraikotsu pero solo que esta vez vuelve a mis manos y de un movimiento rápido mando el ataque y esta vez si le doy.
Narra Miroku
—¡Suéltame estúpido híbrido!—grita la señorita Kagome muy enojada.
—No lo haré—sentencia Inuyasha.
Narradora
Naraku al ver a Kagome sin salida atacó expulsando veneno de su cuerpo.
—Cuidado es veneno—Inuyasha no pudo cubrir a tiempo a Kagome lo que causo que esta se desmayara en sus brazos, él la cubrió con sus haori hecho de ratas de fuego. Miroku fue salvado por Kirara y Sango que al escuchar lo que Inuyasha grito busco a su excelencia y todos tuvieron que abandonar el palacio.
—Vámonos ya tenemos a Kagome—habla Inuyasha una vez fuera del palacio.
-—No creo que te la vayas a llevar, Kagome me pertenece—habla Naraku apareciendo en medio de todo el veneno del palacio.
—Kagome no te pertenece—gruñe Inuyasha molesto.
—Y dime híbrido, ¿qué vas a hacer cuando despierte?, Kagome los odia a todos ustedes, cuando despierte lo unico que hará es atacarlos a todos—Naraku ríe como Kagome hizo hace un rato—Kagome ya no tiene sentimientos yo mismo me encargue de que ella no los tenga.
—Maldito Naraku—dice Inuyasha con los dientes apretados.
—Eres muy lento Inuyasha—aclara Naraku y aparece por detrás de Inuyasha dándole un golpe por las costillas y quitándole a Kagome de las manos—nos volveremos a ver Inuyasha—Naraku desaparece y con él, el castillo también.
—Maldición se la llevó nuevamente—Inuyasha agito a tessaiga haciendo el ataque de viento cortante.
—Inuyasha tiene que calmarte—habla Miroku , pero Inuyasha lo ignora, Sango y Miroku se dan una mirada cómplice al momento que lo golpean fuerte por la nuca provocando que quede inconciente. Ya con Inuyasha inconciente emprendieron su viaje de regreso a la aldea.
Narradora
Después de que Naraku le quite a Kagome de las manos a Inuyasha hizo nuevamente una ilusión del antiguo castillo. Llevo a Kagome a su habitacion y la dejo en cama, Naraku se quedó a observarla dormir y se veia muy linda, aquella miko que se encontraba en la cama le recordó la mujer por la cual onigumo hizo aquel pacto con los demonios convirtiendo lo que es ahora llamado Naraku.
Naraku sonríe con maldad—vamos a darte pequeños recuerdos Kagome, aunque no sé si llamarlos recuerdos o ilusiones hechas por mi—Naraku coloca su mano derecha en la cabeza de Kagome para luego una luz morado oscuro con n***o rodee la mano de Naraku—listo—dice cuando la luz ya deja de verse—que descanses Kagome—y así Naraku sale de la habitación de Kagome.
Nuestra miko hoy un poco malvada, estaba en un profundo sueño, Kagome iba caminando por un bosque el cual ella reconoció porque por ahí fue que ella se marcho con la gatita voladora. Al fondo escucha voces lo que hace que nuestra miko corra hasta llegar a ese lugar encontrando una chica llena de serpientes que vuelan y a... Inuyasha hablando, nuestra miko trata de oir lo que dicen aquellas dos personas.
—Inuyasha hay de desasernos de Kagome—habla la chica que esta llena de serpientes casa almas, pero nuestra miko piensa que son serpientes voladoras.
—Kikyo, yo tenía pensado usar el don de Kagome para recolectar todos los fragmentos y luego matarla cuando me convierta en un demonio por completo—dice Inuyasha acercándose a la chica y besándola apasionadamente.
—Pero Inuyasha, no soporto a esa chiquilla, yo puedo ver los fragmentos, yo puedo acompañarte—habla Kikyo haciendo un puchero.
—Pero estarías en peligro de muerte, si Kagome muere a nadie le importaría, pero si tu mueres yo...
Las palabras se quedan en el aire.
—Odio a mi estúpida reencarnación, odio a Kagome, vamos a matarla juntos Inuyasha—Inuyasha sin mas que decir asiente, nuestra pequeña miko se siente horrorizada por todo lo que acaba de escuchar, y da un paso atras rompiendo un pedazo de palo haciendo que este haga un sonido ruidoso.
—¿Quién está ahí?—habla un hanyou mirando a todos lados.
—Inuyasha es Kagome—habla Kikyo.
Inuyasha empieza a correr en dirección a nuestro miko ya ella no puede sentirse mas horrorizada.
—Kagome hoy te doy fin—aclara Inuyasha lanzándose sobre ella.
Kagome despierta agitada y sudando como cerda, pero eso era lo de menos, la miko le templó la mano por un segundo.
—Así que me querías muerta—le habla a la nada, pero sin saber que su corazón estaba sintiendo lo que nunca debe sentir, odio, los fragmentos que poseía Kagome ya no estaban purificados ni mucho menos rosados, estos tomaron un color n***o, mas oscuro que los fragmentos de Naraku—vamos a ver quien muere primero.